Viven en la escuela de cadetes de Plaza Huincul pero fueron intimados para dejar sus casas por la Jefatura Provincial de la Policía. Aseguran que se trata de persecución y abuso de autoridad por parte del comisario Raúl Liria.
Se trata de 7 familias que, en algunos casos, llevan más de 10 años en las viviendas junto a la escuela de cadetes de Plaza Huincul que ahora son reclamados por la fuerza. El pasado 3 de junio llegaron las notificaciones para el desalojo con un plazo que vence el próximo 18 de junio. “Nosotros culpamos directamente al jefe de la Policia por esta situación y queremos que el ministro de Seguridad escuche nuestro reclamo” señaló Rosa Cevalloz, esposa de un suboficial retirado y residente de una de las viviendas en conflicto.
Denunciaron además el “hostigamiento y persecución” ya que desde hace un mes controlan su ingreso y egreso al predio de la escuela de cadetes permanentemente, con retención de documentación y averiguación de identidad. “Dicen que tienen que limpiar el barrio y sacar a todos los retirados porque son estorbo” remarcó Cevalloz.
Finalmente admitieron que rechazarán el desalojo porque “las casas no pertenecen a la Policía”. Aseguran que fueron prestadas de palabra por el Estado Provincial, ya que originalmente eran de Gas del Estado y luego de TGS. Esta última firmó un comodato con la fuerza que caducó en el año 2000 pero de igual manera la propiedad continua cedida.
Carlos Ambrosio, otro de los suboficiales retirados confesó que no cuentan con la posibilidad de contraer otra vivienda y menos aún en el corto plazo, por lo que no están en condiciones de abandonar sus hogares y por eso ya adoptaron medidas judiciales. “Pedimos la cabeza de Liria” remarcaron.