La rebelión en Cutral Co y Plaza Huincul ya llevaba cinco días sin resultados a la vista. Durante toda la jornada del 24 de junio circuló el rumor de que la Gendarmería llegaba a la zona para despejar la ruta.
El miedo se hizo presente como nunca antes, nadie quería morir en un enfrentamiento. Pero también es cierto que nadie tenía espíritu de renunciamiento. La mayoría de los piqueteros pasaron la noche en vela, preocupados. En todos los cortes se debatía que hacer cuando llegaran los gendarmes: ¿resistir o huir?
Las fuerzas de seguridad llegaron de noche al corte de “La Curva”, había allí unas veinte personas, que decidieron resistir. Se les ocurrió que si podían mantener el fuego prendido muchas horas los gendarmes no podrían pasar y ellos tendrían la posibilidad de contraatacar con piedras. Así que trajeron más cubiertas, las llenaron de combustible y cuando los vieron aparecer las prendieron. “Se formó un hongo, una explosión terrible, los gendarmes no se lo esperaban y retrocedieron, pero no funcionó como pensábamos, a los 15 minutos se había apagado todo”, cuenta Ernesto “Jote” Figueroa sobre la ruta.
Decidieron cruzar la cerca que impide el paso de animales a la ruta para protegerse pero tampoco dio resultado. “Yo conseguí acercarme y le pegué una piña a uno de los gendarmes, si nos hubieran querido pegar nos mataban, pero no, nos dejaron ir”, dijo Figueroa. Los gendarmes creyeron que la tarea estaba lista, pero no estaban preparados para lo imprevisto. Tantos días de cubiertas sobre la ruta hicieron que el camión hidrante que quedara atascado con los hierros y no lo podían sacar.
Esa circunstancia fue providencial porque les dio a todos los vecinos unas dos horas para llegar a la ruta. “Cuando volvíamos caminando, llorando, vimos la columna de gente que venía a apoyarnos, no lo podíamos creer”, contó “Jote”.
En cuanto corrió la noticia de que Gendarmería había llegado se organizaron todos. “En mi piquete, en la ruta 17 camino a Añelo, había un hombre que tenía un camión. Todos los pibes se levantaron y se subieron atrás para ir a pelear con la Gendarmería, iban como a la guerra, nosotras nos quedamos entre orgullosas y con miedo por lo que podía pasar. El camión primero no arrancó así que lo empujaron entre todos y después se subieron otra vez, iban contentos”, cuenta Marisa, una de las piqueteras.
La otra protagonista del día fue la jueza federal Margarita de Argüelles, que venía con la orden de desalojar. Después de pasar el piquete de La Curva, la jueza todavía no tomaba dimensión de lo que ocurría. Allí Jorge Gimenez, cuando la magistrada se acerca a hablar con los medios de comunicación, le propone que vaya a hablar con la gente. Pasan unos largos segundos sin respuesta, Giménez pensó “me meten preso” y Argüelles dice “vamos”.
Al llegar se da cuenta que no podrá despejar la ruta con 400 gendarmes, que era el pueblo el que estaba en la ruta. Entonces se declara incompetente. Y retira a los uniformados. La muchedumbre grita “el pueblo unido jamás será vencido”. Cutral Co 1 – Gendarmería 0
Lo que ocurriría después cambiaría la historia de Cutral Co y Plaza Huincul, sus habitantes siempre serán piqueteros, el espíritu de lucha surgirá desde los genes de cualquiera que nazca en esta zona. ¿Es verdad que los ciudadanos de la comarca cometieron el delito de sedición? La respuesta es parte de otra historia.
Cecilia Soberón (ceciliasoberon@cutralcoalinstante.com)