Dos ciudades pequeñas en el mapa se hicieron gigantes luego de forzar la retirada de gendarmería en la mañana del 25 de junio. El paso logró que las autoridades provinciales desistan de su postura y finalmente Felipe Sapag llegó a la comarca para negociar con el pueblo piquetero.
Fue esa misma tarde que el gobernador abandonó la provincia de La Pampa –donde estaba reunido con el presidente Carlos Menem y llegó hasta Cutral Co para brindar una breve conferencia donde admitió que “tenía alguna duda de que fuera de esta magnitud” la protesta, con decenas de miles de personas apostadas en los distintos cortes, ya que hasta el día anterior sostenía su postura de no trasladarse a la comarca para negociar con 500 personas. No obstante, manifestó que no iría al corte principal, en la torre de ingreso a Plaza Huincul y que buscaría la resolución mediante el diálogo con los representantes políticos.
Pero desde el primer día los políticos perdieron las riendas de la protesta y eran los ciudadanos que llevaba 6 días de resistencia los que exigían el diálogo. Finalmente y en medio de los reproches Sapag optó por trasladarse a bordo de un colectivo blindado y con custodia policial a la torre durante la noche, subió al escenario y manifestó
– Los que tenían que defenderlos, que eran los gremios, se entregaron. Pero yo estoy dispuesto a darles trabajo y voy a hacer todos los esfuerzos.
Las palabras, tal vez un poco más acertadas, devolvieron la esperanza a las personas y comenzó a diagramarse el petitorio que sería presentado finalmente a las autoridades para su evaluación. Fue un escrito “medio a lo criollo” para la consideración del concejal mandato cumplido Ernesto Figueroa, mientras que para Ramón Rioseco fue “tirado de los pelos y sin organización”, pero tras horas de debate se conformó el dictado final con 12 puntos que serían los responsables de que, casi con el mismo ímpetu, las personas retiraran los obstáculos de las rutas 22 y 17; y los caminos alternos, para que después de una semana los vehículos comenzaran a circular nuevamente.
Entre esos puntos, resolvieron la creación de la planta de Metanol; del hospital Zonal; la regularización de servicios en las dos ciudades; construcción de viviendas; aportes a los municipios; programas laborales para los desempleados entre otros, pero sin dudas el más importante fue la cesión del yacimiento El Mangrullo, que pese a no pertenecer al ejido urbano de las ciudades, sus fondos se convirtieron en propiedad de Cutral Co y Plaza Huincul por los siguientes 99 años.
El convenio con la “Comisión de Representantes de Piquetes de Cortes de Rutas” se resolvió a las 16.30 de aquel 26 de junio y para las 17 las rutas estaban despejadas y una caravana de vehículos recorrían las calles de Cutral Co en grito de victoria. Sin embargo ese escrito era la promesa de algunos proyectos que tuvieron resolución inmediata, otros tardaron más tiempo del esperado y en parte derivaron en la Segunda Pueblada de 1997; mientras el resto todavía se esperan.
Si bien el hito no solo marcó de por vida a dos comunidades que se volvieron luchadoras por naturaleza, también fue parte de un proceso político y convirtió a Cutral Co en uno de los principales, o tal vez el principal, referente de la oposición a la política provincial.
El Mangrullo, un premio mayor
El yacimiento llegó a manos de los pueblos como la única alternativa para calmar los ánimos. Si bien los puntos del petitorio anunciaban un futuro prometedor, había que recordar el conflicto inicial que llevó al reclamo.
Las esperanzas de Cutral Co y Plaza Huincul estaban depositadas en el parque Petroquímico anunciado por el gobernador Jorge Sobisch mediante el convenio con Cominco-Agrium. La empresa canadiense usaría el yacimiento para el funcionamiento de una planta que prometía la producción de 600.000 toneladas con una inversión de 300 millones de dólares para la comarca.
Pero ese convenio fue destruido con la asunción de Felipe Sapag que, mediante un decreto, canceló las negociaciones con el argumento de que la provincia no contaba con el dinero porque su antecesor “dejó la provincia en ruinas”.
Fue ese el motivo por el cual se elaboró el proyecto de Ley y su posterior sanción para destinar los fondos de El Mangrullo a las dos ciudades durante los siguientes 100 años en lo que el parlamentario calificó como “una reparación histórica”.
Por aquellos años era un yacimiento secundario, estaba paralizado y no había sido explotado aún. Pero en 20 años pasó de producir 400 m3 a 2.500.000 m3 y allí, entre líneas, figura un dato que no debemos dejar pasar. Cutral Co y Plaza Huincul reciben un ingreso similar al que los municipios perciben del Estado, motivo que llevó a la queja y disgusto de otras ciudades, pero de ese siglo de beneficios ya pasaron 20 años y la cuenta regresiva no se detendrá.
Piero Di Lena (pierodilena@cutralcoalinstante.com)