La violencia y la angustia es parte del trabajo en cualquier guardia de hospital y en el caso de Cutral Co y Plaza Huincul no es la excepción. El jefe de servicio, Edgardo Sosa, se quejó porque los ataques a las ambulancias son cada vez más frecuentes y no sólo de noche.
“A nosotros no nos interesa qué pasó o como una persona resultó herida, nos limitamos a la parte médica, no nos incumbe cuál fue la causa, todos los pacientes son iguales para nosotros”, dijo el médico cuando se lo consultó por los casos de personas lesionadas de armas blancas o de fuego, muchos de ellos involucrados en casos de delito.
Pero es difícil para los familiares entender esa posición de los médicos, enfermeros, camilleros y choferes que van en la ambulancia. “La violencia cada vez se ve más, la gente está muy intolerante, donde vayamos últimamente, nos apedrean las ambulancias, tenemos varios de esos casos”, contó Sosa. Y es por ello que deben pedir que los escolte la policía para prevenir hechos de violencia a las personas y a los móviles.
Ello implica que las ambulancias deben salir de disponibilidad por los daños, una vez rompieron un parabrisas. “No pasa más de noche que de día, en cualquier momento del día, hay lugares dentro de la localidad que nos exponen más, pero la intolerancia de la gente estrés y miedo, pero bueno al personal de salud no tendría por qué vivir esas situaciones”, dijo Sosa y aseguró que no se tarda más de diez minutos en llegar a cualquier lugar y que muchas veces se demora “por los badenes, los lomos de burro y la gente que cede el paso cuando escucha la sirena.
Pero aún cuando no hay casos de violencia física contra el personal, el trabajo puede ser muy estresante. “Todo el personal, no sólo los médicos, hemos visto casos terribles y también casos que son más habituales pero que son muy graves, todos esos casos nos dejan un sabor amargo, aunque a veces tengan solución”, dice el médico de guardia. “Ver el sufrimiento de los familiares a flor de piel es difícil pero mientras trabajamos tenemos que ser fríos, a veces nos pasa que no terminamos de procesar la situación, como personas que somos nos llega el sufrimiento, y a los pocos minutos tenemos que salir a atender un resfrío”, describió.
Cecilia Soberón
(Foto de archivo)