Su familia le dio nombre a un barrio pero tal vez muchos no sepan quiénes fueron. En tiempos donde no había agua ni refugio, vinieron a trabajar en el petróleo y dejaron su huella.
Federico Soufal era un niño en 1915 cuando su padre llegó para sumarse a la búsqueda de petróleo, que se produciría finalmente tres años después. El tren los dejó en Challaco y llegaron a caballo, después de pasar una noche a la intemperie.
La historia de la familia está llena de sacrificios y privaciones, pero también de cariño y alegría por los logros obtenidos para domar a la dura naturaleza de la meseta patagónica.
En sus últimos años Soufal visitó en varias oportunidades la zona de Plaza Huincul para promover la idea de que se festeje el aniversario de su fundación. Con ese afán, visitó escuelas y habló con muchos vecinos de la zona.
El tema fue tratado en el Concejo Deliberante pero no prosperó.