La situación política, social, ciudadana en Plaza Huincul es grave. Y lo peor es que se han delegado a organismos provinciales las posibles soluciones. La mano salvadora tarda en llegar y mientras tanto la ciudad espera.
La destitución del intendente Juan Carlos Giannattasio se produjo hace poco más de un mes. Desde entonces la situación quedó en manos del Tribunal Superior de Justicia que solamente resolvió que siguiera en su cargo hasta evaluar lo actuado por el Concejo Deliberante. Y después, silencio.
Desde el MPN quieren hacerle creer a la ciudadanía que el Tribunal Superior ya resolvió y que Giannattasio va a seguir, pero no se puede sostener su ilusión. Desde el Tribunal deberán resolver por sí o por no y explicar la decisión. Mientras los vecinos están hastiados de la impunidad. Resolver la continuidad de Giannattasio tendrá un costo político que pagará el Tribunal, el fiscal Gerez o el gobierno provincial. La demora no hace más que complejizar la situación.
Mientras el intendente espera también. Tiene entre sus manos el reclamo del gremio ATE y no hace más que dar cuenta de su torpeza política. La misma que ha demostrado a lo largo de su segunda gestión. Espera por una resolución del gobernador Omar Gutiérrez. Pero el mandatario provincial tiene que resolver los problemas propios y por ahora sólo ha indicado que Huincul siga sus pasos, sin buenos resultados.
Si Giannattasio tuviera capital político, autoridad en la ciudad, podría sentarse con los empleados municipales a negociar. Con el presupuesto sobre la mesa ver de dónde sacar el dinero para un aumento, enfrentar a ATE ante el hecho de muchos empleados no cumplen tareas, que se debe reducir la masa salarial. Podría plantear jubilaciones anticipadas o reducir la contratación de monotributistas. Pero Giannattasio no tiene autoridad política, porque ante cada planteo la respuesta es: a Rentaquen le pagaste sobreprecios y ahora no hay plata.
Una vez más el reflejo que devuelve Cutral Co lo condena. Tal vez sin corrupción habría plata para pagarle a los empleados municipales un aumento. Mientras los vecinos no tienen servicios, la infraestructura apenas funciona, y la ciudad entera sigue esperando.
Por Cecilia Soberon