Luego de que el Tribunal de Impugnación resolviera otorgarle salidas condicionales al procesado por violación agravada, la jueza de ejecución determinó que lo hará un domingo al mes, por 12 horas, bajo la responsabilidad de sus padres y con un efectivo policial de civil como custodio.
En noviembre de 2002 Carlos Bernardo Soñé protagonizó un atroz episodio contra el hijo de su pareja Patricia Alonso. El menor fue abusado, mordido y quemado y llegó sin vida al hospital Aldo Maulu. Allí su madre y Soñé declararon que fue atacado por unos perros, pero rápidamente se conoció la verdad. Desde entonces cumple con prisión y en 2004 quedó firme la sentencia por 30 años bajo el cargo de abuso sexual agravado, seguido de muerte, lesiones graves y abandono de persona.
Cumplidos los 15 años, mitad de condena, el Tribunal de Impugnación resolvió brindar salidas condicionales para su reinserción social. En la audiencia de hoy, la jueza de ejecución de penas, en concordancia con la Fiscalía, dictó la autorización de salidas por 12 horas (en lapso de 8 a 20) por un domingo al mes. Las salidas serán bajo el acompañamiento familiar hacia una vivienda que no podrá abandonar bajo ninguna circunstancia.
Cada salida será acompañada por un efectivo penitenciario en condición de civil, para su control y protección, pese a que la defensa solicitó que permitieran su egreso en soledad de la unidad de detención.
Por otra parte, Soñé accedió a realizar un tratamiento psicológico, ya que cuenta con una “personalidad psicopática” y estudios médicos que certifican su desequilibrio de salud.