La comisión ofrecerá sus instalaciones y harina desde el próximo lunes y por el resto de los meses de otoño e invierno para que los vecinos puedan cocinar panes y tortas fritas.
En las familias más humildes, la cena suele ser un te con tortas fritas, pero incluso esa comida se transforma en un lujo por el precio de la grasa, la levadura y la harina. Estos ingredientes serán donados por la comisión del barrio Pampa para que las familias puedan cocinar.
Las instalaciones son cómodas para que varias personas trabajen. Lo único que debe poner el beneficiario es el tiempo y las ganas de cocinar para su familia. “Los vecinos tienen que venir, amasar su pan y llevárselo a sus casas” explicó el vecinalista Juan Carlos Quiñiñiri.
Por gestiones del vecino ante el ministerio de Desarrollo Social de Provincia, logró obtener las bolsas de harina, aceite, grasa y sal necesario para convertir la sede en una cocina comunitaria durante los próximos meses. “Algunas vecinas van a venir por voluntad a dar una mano para las personas que no puedan amasar” agregó.
El objetivo no es solo para el barrio, Quiñiñiri remarcó que el objetivo es llegar a personas de todos los sectores de la ciudad y alrededores “para que se lleven un pan casero a sus casas”.