Un joven fue atendido en el hospital por la herida y dio una explicación sospechosa de lo que le había ocurrido.
Se trata de un adolescente de 18 años que fue asistido por los profesionales de la guardia del hospital, al que llegó por sus propios medios. Cuando los médicos advirtieron que era un disparo, dieron intervención a la policía, como los obliga la ley.
Cuando llegaron los uniformados, el muchacho explicó que había sido asaltado en el barrio Altos del Sur y contó que le habían robado el celular. Pero lejos de manifestarse indignado o alterado por esa situación, prefirió no dar más detalles de lo ocurrido ni sus circunstancias.
Luego llegó la madre del joven, que también le consultó sobre lo que le había pasado pero tampoco quiso hablar con ella. Cuando le dieron el alta se retiró sin hablar con la policía.