Un problema que aqueja a miles de personas en el mundo tiene explicación en la cantidad de cosas que le pedimos que haga.
El extenso y muy interesante artículo de Ariel Torres para el diario La Nación nos dice lo que no queremos oír, el teléfono que tenemos, incluso que acabamos de comprar, no tiene suficiente soporte técnico para hacer todo lo que queremos.
El secreto es la memoria RAM, que no son esos datos de 16, 32 o 64 gigas de almacenamiento. Es un dato que no suelen contarte los vendedores cuando te ofrecen un teléfono. Así que el primer consejo es comprar un teléfono con suficiente memoria RAM, suele ser 1 GB, 1.5 GB, 2 o 3 GB. Ya hay teléfonos con cuatro y hasta ocho gigas pero son considerados de alta gama.
En pocas palabras, el teléfono se pone lento porque no alcanza a procesar todo lo que querés al mismo tiempo: ver un video, contestar un mensaje de whatsapps y seguir con tu juego on line.
Dice Torres que “para un usuario muy tranquilo, que usa Facebook y Whatsapp y no mucho más, 1 GB es el piso mínimo. Para el que usa sólo Facebook y WhatsApp, pero tiende a tentarse con algún jueguito y necesita navegación satelital, no menos de 2 GB. Es en serio. Para un usuario promedio, corporativo, que tiende a hacer todo y un poco más con su smartphone, mi mejor consejo es arrancar en 3 GB o usar uno de 2 GB con mucha prudencia. Prudencia significa no instalar 400 aplicaciones, porque muchas van a correr servicios en segundo plano que, obviamente, consumen memoria. Aquí hay que sumar todo lo que telefónicas y fabricantes les meten a los teléfonos, que también consume RAM, y que en general o no usamos o sirve de poco y nada. Por último, para el usuario que ignora los límites operacionales, que quiere todo y lo quiere ahora, el piso de RAM es de 3 GB. Y cuatro me gustaría más”.
¿Cuánto tiene tu teléfono de RAM? Googlealo.