Si bien habrá inversiones por el orden de los 4 mil millones, solamente sostendrá la actividad pero no la va a incrementar. Especialistas aseguran que tardará dos o tres años en modificarse la situación.
El sitio web El Cronista informó que este año se perforarán en Vaca Muerta alrededor de 120 pozos horizontales, con una inversión que rondará los u$s 2.500 millones. Son cifras que están todavía muy lejos de las que imagina el Gobierno nacional, que espera desembolsos por más de u$s 15.000 millones anuales a partir de 2019. Los números de YPF, la mayor petrolera del país y la que más acreaje posee sobre el play no convencional de la cuenca neuquina, sugieren la cautela.
Daniel González, CFO de la compañía, precisó la semana pasada en conferencia con inversores que el Capex presupuestado para 2018 se ubicará en torno a los u$s 4.000 millones, prácticamente en la misma línea que 2017 (u$s 3.900 millones). Es decir, la petrolera controlada por el Estado no espera un salto significativo en el nivel de actividad de Vaca Muerta. Sí está avanzando en la incorporación de socios en sus campos no convencionales.
En la primera mitad del año firmó acuerdos (joint ventures, en inglés) con Shell y Schlumberger para las áreas Bajada de Añelo y Badurria Sur, respectivamente. “En los que resta del año apuntamos a cerrar al menos dos acuerdos más”, precisó González, uno de los directivos con mayor ascendencia en la gestión cotidiana de la empresa.
Pese al deseo de la política neuquina, Vaca Muerta sigue transitando la fase inicial de su explotación. Para materializar un desarrollo a gran escala habrá que esperar, en el mejor de los casos, dos o tres años más, coinciden en la industria.
En el período 2017-2018, YPF planificó la consolidación de 18 proyectos en Vaca Muerta, la mayoría de ellos (12) todavía en instancia piloto. La compañía está empezando a perforar campos como Bandurria Sur, Rincón del Mangrullo, La Ribera y Aguada de la Arena, entre otros, para testear su comportamiento. Recién en 2019 prevé incrementar de forma considerable la actividad con 17 proyectos en desarrollo comercial, tres veces más que en la actualidad.
La dinámica se repite en el caso de las petroleras privadas con intereses en Neuquén: la anglo-holandesa Shell, la norteamericana ExxonMobil, que en Vaca Muerta opera a través de XTO Energy, una de las petroleras con mayor know how no convencional de los Estados Unidos; y la alemana Wintershall, subsidiaria del gigante petroquímica BASF, están en fase de proyectos pilotos. En los tres casos, su nivel de inversión en Vaca Muerta oscila entre u$s 80 y u$s 160 millones, cifras aún muy modestas si se trata de pensar en una explotación a gran escala.