Por Cecilia Soberón Desde hace un tiempo los locales bailables, discotecas o boliches, viven una crisis económica importante. Deben luchar contra una alternativa que ellos mismos ayudaron a crear: las fiestas de autor.
Estas fiestas son organizadas por jóvenes muy populares entre los adolescentes, que se llevan a cabo cada cierto tiempo y que en principio se hacían en las mismas discotecas y ahora han pasado a los salones de fiestas. El margen económico es mayor e incluso se dan el lujo de traer a personajes televisivos populares para generar más expectativa.
¿Qué diferencia hay entre ir a bailar a una fiesta o salir un sábado a un boliche? La respuesta que me dieron los adolescentes a los que les pregunté fue “ves otra gente”. Ello es porque hay adolescentes que solamente salen a estas fiestas pero no todos los sábados.
Pero hay más diferencias. El dinero es uno, porque la entrada a una fiesta sale mucho más cara, sobre todo para las jovencitas que pueden entrar gratis a bailar pero deben pagar 200 pesos para ir a una fiesta. Igualmente la mayoría elige ir, aunque salga más caro, porque es sólo una vez cada tanto.
¿Y la seguridad? Los detractores de las fiestas aseguran que los salones donde se llevan a cabo no cumplen con las normas, lo que sí hacen los establecimientos habilitados. Ello debería verificarlo Bromatología y Comercio en las dos localidades, pero en principio las fiestas están habilitadas legalmente.
Pero el debate de fondo no está en si son boliches o fiestas, lo cierto es que los hechos de violencia han sido repetitivos en todos los lugares donde hubo baile, sobre todo a la salida. ¿Se podrá controlar esta situación con una ordenanza, como pretende el intendente Juan Carlos Giannattasio? Difícilmente. Basta ver cómo se controla (o no se controla) la venta de alcohol fuera de horario.
En el Concejo Deliberante se formará una comisión para debatir los pasos a seguir, pero ¿cómo van a participar los usuarios de fiestas y boliches en esa comisión? Quienes hacen uso del servicio de recreación parece que no tendrán ni voz ni voto en ese análisis.
Giannattasio dice que el pedido de los vecinos es el que genera su interés en el tema. Pero no puede negarse que hay un trasfondo detrás. Una lucha económica muy fuerte de los boliches entre sí, de los organizadores de fiestas con los boliches, de los dueños de salones de fiestas que viven un veranito que no quieren perder. ¿Cómo va a analizar la comisión en el Concejo Deliberante este trasfondo? Todo parece que el supuesto debate sobre la actividad nocturna en Plaza Huincul será pura hipocresía.
Y por último, si el tema se debatiera en serio ¿no debería sumarse a Cutral Co?