Las ventanas fueron selladas tras la cantidad de hechos de vandalismo que sufrió el edificio desde que las puertas del centro de salud fueron cerradas.
Los equipos continúan dentro mientras avanza la causa judicial, es decir están embargados y los empleados nunca cobraron sus indemnizaciones. Los dueños de la clínica es una SRL, que integran los médicos Nunin (que falleció) y Jorge Garayo como socios mayoritarios mientras que los profesionales Auzmendi y Pavon tienen menos acciones. El juicio avanza, pero todavía no se determinó la quiebra.
Pasaron los meses y al ver el lugar abandonado comenzó a sufrir daños. Primero utilizaron el lugar como “aguantadero”, ya que allí se bebía y había signos de que se utilizaba para consumir drogas.
Luego hubo robos diversos, algunos de los cuales fueron evitados porque hay cámaras de seguridad en cercanías del edificio. Pero el caso más relevante fue el de unos adolescentes que ingresaron a modo de desafío y grabaron un video para publicarlo en las redes sociales.
Finalmente se tomaron medidas de seguridad para evitar que haya más ingresos al lugar, que continúa abandonado.