Ayer los psicólogos determinaron que era dueño de sus decisiones a la hora de asesinar, que vivió de manera traumática su disputa con las víctimas y que es adicto al alcohol.
Este viernes será la última jornada en el juicio oral y público que se desarrolla en sede judicial por las muertes de Arturo Sánchez y Soto. Durante la tarde del jueves se concretaron los testimonios de los profesionales psicólogos y psiquiatra convocados en el juicio que se le sigue a Jesús Salvador Candia.
En primer término, fue la psicóloga del gabinete forense, Susana Colonna la que explicó los resultados de los exámenes que se le practicaron al imputado, ante el tribunal conformado por los jueces Leandro Nieves, Patricia Lúpica Cristo y Mario Tomassi,
Colonna relató, entre otras cuestiones, que estaba ubicado en “tiempo y espacio” al momento de la charla aunque “no quería recordar el hecho en sí” porque le hacía mal. También describió que mostró “arrepentimiento” porque no “hubiera querido llegar a eso”. Habló además, que Candia es un adicto crónico al alcohol.
Por otra parte, subrayó los dos episodios que para Candia fueron traumáticos. Uno de ellos el de las bombas de fabricación casera o “molotov” arrojadas sobre su vivienda y las agresiones en la plaza del barrio Centenario contra su hija.
La psicóloga María Inés Acuña, fue presentada por la defensa y relató todas las circunstancias personales que debió afrontar Candia, hasta llegar al episodio de los homicidios por el que está en juicio.
Finalmente, el psiquiatra del equipo forense del poder judicial neuquino, Ángel Lombino, subrayó que “no había un estado de alienación que le impidiera tomar una decisión”. Esto último en relación, a tomar el arma e ir hacia la casa de Soto y ultimarlo a él y a Sánchez, mientras que hirió a Prono, de gravedad. Consideró además que hubo una “lógica interna en el antes, durante y después”, del suceso.
Mañana, se reanuda la audiencia a las 9, con las declaraciones a los últimos testigos entre los que estarían los hijos mayores de edad del acusado.