Eran veinte los trabajadores que fueron despedidos de la minera, sin que les pudieran dar una solución.
La empresa ofertó pagar el 70% de la indemnización pero la aceptación debía ser unánime, uno de los empleados no quiso firmar y se cayó esa oportunidad. Los que quedan todavía en el predio aseguran que sufren robos constantes y que pasarán las fiestas cuidando lo que queda.
Ariel, uno de los trabajadores, explicó que hubo varios intentos de llegar a un acuerdo pero todos cayeron en saco roto. “Se buscaron inversores, colaboró la provincia, pero no hubo nunca intención de arreglar por parte de la empresa”, contó.
Es por ello que pasarán las fiestas cuidando lo que queda. “Estamos complicados, nos seguimos quedando acá, la policía hace rondines, pero son muy intermitentes”, dijo Ariel y contó “ya no sabemos como aguantar esta situación, en el municipio nos dijeron hace dos meses que ya no nos daban más la ayuda, es lamentable porque somos gente de acá y de provincia nos enviaban provisiones”.