Un informe sobre el funcionamiento del refugio “Ángel sin alas” destacó que fueron 40 las mujeres asistidas desde su creación en septiembre de 2016.
El número es importante porque son casos graves, que no tienen otra alternativa que alojarse con sus hijos en el refugio para preservar su vida. Pero además muchas otras mujeres pudieron recibir asistencia, contención y reunir fuerzas para enfrentar a la violencia de género.
En un informe elaborado por el diario Río Negro, se resalta el testimonio de una de las mujers que fue asistida. “Es un lugar donde los profesionales son muy humanos y me dan la contención que necesitaba tener”, describe ella.
“Les diría a las mujeres que sufren violencia de género que no teman acercarse, que no sientan vergüenza; acá nos ayudamos entre todas además de los profesionales”, describe. El refugio tiene un reglamento estricto, porque debe preservarse la dirección para evitar que los violentos lo ubiquen, también requiere de un seguimiento profesional del caso. No es sólo un lugar donde alojarse.
La coordinadora del refugio, Susana Muñoz, indicó que en todo este año y medio de funcionamiento, incorporaron actividades como los talleres.
“El trabajo que se hace da sus frutos, porque las acompañamos en el proceso y hacemos que recuperen su autoestima, trabajamos sobre el empoderamiento, el valerse por sí mismas”, contó Susana.
Ese es el principal trabajo que realizan todos los integrantes del refugio que el municipio cutralquense habilitó después de varios años de insistencia.
El personal que se desempeña aquí se dedica a contener, en un primer momento, a la víctima que llega en la mayoría de los casos con los niños y luego la acompañan en todo el proceso que les queda por delante.
Fuente y foto diario Río Negro