El viejo drama de las filtraciones llevó a una nueva medida de fuerza para exigir reparaciones. Además denuncian que recibieron el hostigamiento de los visitantes por las condiciones del edificio.
Los problemas iniciaron hace más de dos años con una rotura en el techo del hall central y daños en el sector de paleontología. Tiempo atrás fue reparado pero la obra no se hizo bien y los problemas continúan. “Con la nevada de la otra semana se complicó más” comentó Claudia, una de las trabajadoras del sector.
El drama no son sólo las goteras y acumulación de agua dentro del edificio, sino el daño a las conexiones eléctricas y la falta de calefacción. “Nosotros recibimos visitantes todo el tiempo, muchos de ellos niños, y es un peligro porque cualquier fuga puede causar una descarga en las paredes con humedad” señalaron y agregaron que “ahora sufrimos el frío y tenemos que asistir a la gente con lo poco que tenemos. A algunos les ofrecemos vasos de té caliente porque adentro hace mucho frío, pero en verano es un horno, se sufre todo el año por las condiciones que tenemos”.
Sin embargo, los trabajadores profundizaron que el mal estado del museo Carmen Funes no sólo afecta al personal, sino que también los expone a reclamos cuya solución están fuera de su alcance. “Tenemos un libro de actas donde los visitantes plasman lo que ven y hemos recibido varias quejas” contaron, pero lo grave fue que la semana pasada un visitante amenazó con golpear a una de las empleadas que le impidió el ingreso por el reclamo.
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La protesta comenzó hace una semana, pero hoy decidieron profundizar el reclamo cerrando las puertas y manifestándose fuera con quema de cubiertas. Estuvieron apoyados por CTA y ATE local, que adelantó que hubo un acercamiento del Ejecutivo, que se comprometió a analizar la situación para arbitrar una solución.