“Ese caballo era nuestro héroe”, dice la mamá tras la muerte violenta del animal.
Juana Zapata explicó qué significaba el caballo “Santo” para su hijo. “Lo único que esperamos es que se haga justicia. Me preguntaban si me pagaran el caballo, es una forma de hacer justicia y la verdad que ese caballo no tiene valor, por más plata que pongan, nadie lo va a devolver”, describe.
El vínculo entre el pequeño Daniel y “Santo” se inició como parte de un proceso de terapia que le fue indicado, después del trauma que sufrió junto al resto de su familia, por el homicidio de uno de sus hermanitos de 3 años, en la zona rural cerca de Centenario.
Desde que los profesionales que lo trataron consideraron que se sentía bien en el campo, su madre, Juana resolvió instalarse en el puesto de sus padres en Sierra Barrosa, a unos 45 kilómetros de Plaza Huincul.
“Decidí ir a vivir a Barrosa con mi papá y mi mamá, y empezamos a darle una vida en contacto con los animales”; relató. El abuelo del niño, tenía ese caballo y decidió regalárselo para que hiciera equinoterapia.
“Lo empieza a usar Daniel e hicieron un vínculo tan fuerte que lo andaba él y lo manejaba él. El caballo con nosotros no respondía. Solamente a él y lo usaba e hicieron tal contacto que fue una medicicna que le calmó el dolor y el bloqueo emocional”, que tenía el pequeño.
De a poco, el niño empezó a tomar más confianza en sí mismo y así inició el proceso de recuperación de vínculos familiares y hasta lograr su reiserción escolar. “Las maestras buscaron la forma que empezar a avanzar en la escuela y a enseñarle con matemática: contaba caballos, vacas, todo relacionado con el campo. Como mi papá le enseñaba versos o recitados, él los recitaba también y era la forma de expresarse”, describió Juana.
“Para nosotros el caballo fue un héroe, porque le devolvió la confianza y todo a mi hijo, era feliz. Era su amigo, era todo”, subrayó la mujer.
Antes del temporal de nieve, el abuelo de Daniel, soltó a los caballos porque sabían volver. Pero después de tres o cuatro días, no regresó. Entonces empezó la búsqueda. El campo es muy grande.
El sábado pasado lo hallaron muerto. “Fue muy chocante para nosotros. Llevaba varios días muerte por las trampas tiradas en el medio del campo. Pisó una de esas trampas, que son de fierro de unos 8 kilos, soldados con las puntas y están construidas para trampear a los animales”, describió.
Juana lamenta que justo el caballo pisó y no logró seguir caminando. La trampa clavada lo inmovilizó. Pasaron los días y el animal se murió.
“Le tuvieron que dar la noticia y no nos creyó. Fue impactante y no termina de caer que el caballo ya no está”, sostiene Juana.
Y reclama que se haga justicia porque “se trata de una persona que estafa a los puesteros y usa diferentes métodos para asustar a los puesteros. Desparramó en todo el campo, con el único atropello que algún animal o alguna persona, porque están enterrados y a simple vista no se ve y así se lastiman los animales o las personas”, explica. Y la actitud de la persona que colocó las trampas es “en represalia a nosotros”.