Ayer terminó la etapa de producción de prueba en el juicio contra el camionero Latini, por la muerte de Liliana Navarrete. Hoy las partes darán los alegatos ante el tribunal para que determine el grado de culpabilidad del consuctor.
Fueron más de 20 testigos los que pasaron por el estrado, entre presenciales y peritos que trabajaron en el caso ocurrido en marzo pasado en la avenida San Martín de Plaza Huincul.
Durante los testimonios, la defensa de Latini se encargó de probar que el conductor no advirtió que Liliana estaba delante de su camión y no tuvo posibilidad de evitar el siniestro, sino que avanzó lentamente abriéndose paso porque creía que querían robarle. Para la querella, la postura es inverosímil.
Cabe recordar que previo al siniestro, el camionero tuvo un cruce en la rotonda de las banderas con el Volkswagen Fox donde iban Liliana y su pareja. Al llegar al semáforo de Comahue la mujer descendió del auto y se paró delante del camión a sacarle fotos, mientras que el Fox le obstaculizaba el paso.
Allí Latini se puso en marcha -pese a tener luz roja- y empujó al Volkswagen, pero en la maniobra empujó a Liliana que cayó de espaldas al asfalto y terminó siendo aplastada por el camión.
“Ellos plantean que pensaron que les iban a robar, pero es totalmente inverosímil. El señor debió haberla visto, debió tener cuidado y nunca tendría que haber avanzado con su camión atropellando un auto que había adelante y a una persona que estaba allí” declaró el abogado Emanuel Roa Moreno, representante de la querella, en diálogo con este medio.
Según el letrado, la acción fue consciente por parte del camionero y remarcó que “es propio de la soberbia que algunos conductores tienen al volante en las discusiones“, lo que le da a la causa el agravante de ser una acción temeraria.
La carátula del caso es homicidio agravado por conducción de un auto, con culpa temeraria. “La temeridad se da en las maniobras previas, pero también en el momento en que inicia la marcha con la señora enfrente y avanza atropellandola a ella y al auto”.
Roa remarcó que “nunca se puede utilizar un vehículo para amenazar, eso es temeridad aunque no quiera matar, un auto es muy riesgoso, peor aún un camión”.
Para la carátula se estima una condena de prisión de 3 a 6 años, con una inhabilitación para conducir por 5 a 10 años.
Hoy a las 15 serán los alegatos y el próximo lunes se conocerá la resolución de los jueces.