Los representantes son Karen Sotelo, Lucrecia Majercik, Enzo Calvete, Tomás Benítez y Gonzalo Calvete, quienes hicieron la puesta en escena de una adaptación del director Gustavo Torres, sobre una obra original del chileno Marco Antonio de la Parra.
Las chicas y chicos subieron al escenario del Teatro Roberto Payró, una de las salas más importantes del país, a mostrar el trabajo de taller teatral. La crónica, desde Mar del Plata da cuenta que la obra es profunda, expone a piel los problemas concretos, los ideológicos y los existenciales que sobrevuelan la educación pública y lo que un pueblo (el argentino, pero por sobre todo el neuquino) recibe o pierde cultural y socialmente cada vez que la educación pública se deteriora.
El tono que las y los chicos le imprimen a la puesta es tan preciso, logrado y emotivo que la gente terminó aplaudiéndolos de pie al finalizar la puesta. La emoción fue enorme, no pocos fueron los pibes y los adultos que se emocionaron al punto de las lágrimas.
El hecho teatral se consumó de manera maravillosa y una sala que lleva ni más ni menos que el nombre de unos de los padres del teatro popular de Argentina fue la geografía perfecta para que el teatro vuelva a transmitir con fuerza –en esta maravillosa obra- su mensaje más profundo.
El miércoles participaron de las capacitaciones que están destinadas precisamente, según la disciplina artística elegida.