Mariano De Cristófano trabajó por 15 años en la empresa Todo Servicio pero fue despedido en junio. Días después tomó las oficinas del gremio de petroleros privados y amenazó con quitarse la vida quemando el edificio.
Fue la mañana del 21 de junio cuando el hombre, ya desempleado, entró al sindicato con dos bidones de nafta, amenazó a los empleados con incendiar el edificio y se encerró dentro con su hijo Alexis, anunciando por distintos medios que se quitaría la vida “a lo bonzo” si no recuperaba su trabajo o le entregaban el total de la indemnización.
La situación se mantuvo por más de 12 horas, hasta que fue convencido por un negociador de la policía para abandonar el edificio por la noche.
Ante las amenazas y el intento de atentado, se le formularon cargos por el delito de coacción (que puede representar una pena de hasta 4 años de prisión), pero el juicio fue suspendido por el acuerdo de las partes en una reparación que consistió en un pedido público de disculpas.
“Estoy arrepentido, fue una decisión que tome en un momento de desesperación, pero me gustaría que arreglen lo que me deben” declaró De Cristófano esta mañana ante el juez Mario Tomassi y con eso le alcanzó para ser sobreseído de la causa. No obstante, trascendió que cuenta con otros dos expedientes penales en proceso.
Además del pedido de disculpas, solicitaron que tanto él como su hijo Alexis (que también se sentó frente al juez) no vuelvan a presentarse de forma directa al sindicato por los próximos 24 meses y eviten todo tipo de contacto con los empleados de la sede del gremio, que fueron los más afectados por lo vivido.
“Este es un sindicato de puertas abiertas y creemos que el diálogo es la única manera de llegar a una solución, por eso solicitamos que el pedido de disculpas sea público” señalaron los abogados de la querella, al tiempo que remarcaron que ” el gremio está a disposición de mediar por su situación, siempre que sea en los términos correctos”.