Natalia Stornini, defensora de los Derechos del Niño y el Adolescente, explicó de qué manera actúa la Justicia en casos donde los autores de delitos son inimputables.
El presunto homicida de Jonathan Alarcón no puede ser procesado por su corta edad y eso motivó a distintas opiniones en contra del accionar de la justicia.
Sin embargo, la ley establece que todo menor de 16 años que cometa un delito no puede ser imputado, aunque “el Estado tiene la responsabilidad de darle apoyo, orientación, contención y las herramientas necesarias a él y los padres, que no pudieron desempeñar su rol de forma adecuada”, señaló la defensora.
La Ley Provincial 2302 -de Protección Integral de los derechos del niño y el adolescente- establece un procedimiento para casos de menores involucrados en delitos, ya sea como victimas o responsables, supeditada a la Ley Nacional 22278 que fija la edad de imputabilidad.
En los casos en que un joven es inimputable, resulta sobreseído de la causa, pero en la Justicia se articula a otras instituciones que pueden abordar la problemática. En ese sentido, Stornini mencionó “tenemos que preguntarnos que pasó con un niño que a los 5 años era un amor y a los 15 está robando o en una esquina con un arma”.
Para la representante de la Defensoría, la familia y el Estado deben responder por la situación de estos menores, “que necesitan este apoyo para superar la situación y lograr que no se repita”.
Este caso reabrió la polémica sobre la necesidad de modificar la edad de imputabilidad, basados en la participación de adolescentes en delitos graves.
Respecto a la modificación en la edad de imputabilidad, que se analizó el año pasado sin llegar a aprobarlo, Stornini admitió que “quien delinque no lo hace pensando en la pena, no va a dejar de delinquir porque la pena suba o la edad de imputabulidad baje” y agregó que “mi postura personal es que no va a tener un impacto social ni reducirá la delincuencia, sino que hay que trabajar en la prevención para evitar que un niño o un adolescente cometa delitos”.
No obstante, los datos arrojan que en los últimos 10 años sólo hubo dos homicidios con menores de 15 involucrados: la muerte reciente de Jonathan Alarcón y el crimen del doctor Manuel Farías Rojas en 2011. “El índice es prácticamente insignificante” sostuvo.