María Constanza Lampropulos, conocida en el circuito profesional como Connie, se impuso como nº 1 del año 2018 en la clasificación de mejores jugadores de póker de América Latina, elaborada por la publicación internacional Global Poker Index. El GPI elabora clasificaciones después de otorgar puntos según los resultados obtenidos por los jugadores de póker en torneos presenciales de todo el mundo.
La jugadora de Buenos Aires quedó por delante del brasileño Joao Simao en una competición muy reñida, puesto que Lampropulos terminó el año con apenas 10 puntos más que el brasileño, quien fue elegido por la publicación como Jugador del Año 2018 por su evolución.
El pasado año 2018 empezó para Lampropulos con una victoria en Bahamas que supuso todo un hito para el póker latinoamericano y femenino. Se convirtió en la primera persona procedente de América Latina y la primera mujer en ganar el PokerStars Caribbean Adventure, uno de los torneos más importantes del mundo, en sus 13 años de existencia. Además de la satisfacción por semejante triunfo, esta victoria en el PCA también supuso un premio de más de 1 millón de dólares después de imponerse en un evento que contó con más de 580 participantes.
Con esta victoria Connie se confirmaba como una jugadora de primer nivel, después de que ya el año anterior hubiera avisado de que no había llegado a la élite del póker mundial por casualidad. En abril de 2017 ya había sido la primera argentina en ganar un premio de más de 1 millón de dólares en un torneo de póker al llevarse el título del partypoker LIVE MILLIONS en Inglaterra y recibir un millón de libras esterlinas como recompensa.
Lampropulos empezó a jugar al póker motivada por los buenos resultados y la experiencia de su novio, Iván Lucá. Este puntaltense se encuentra también entre los mejores jugadores de América Latina, aunque este año se ha tenido que conformar con una “discreta” 5ª posición en la clasificación final.
Lucá es uno de los únicos tres argentinos que han superado los tres millones de dólares en ganancias. Un selecto club, del que también forma parte Nacho Barbero, al que Connie Lampropulos se unió en el mes de octubre tras recibir dos cobros en sendos torneos de la WSOP Europa.
Tras ganar el PCA 2018 en Bahamas en el mes de enero, el problema para la jugadora era mantenerse en ese nivel. Lampropulos ha logrado terminar el año como la mejor jugadora de póker de América Latina tras una temporada soberbia en la que ha recibido cobros de manera regular en torneos de todo el mundo. Destacan los €54,112 de premio que ganó al quedar primera en una competición disputada a finales de mayo en España.
La jugadora corona un ranking latinoamericano cuyo Top 10 se compone principalmente por argentinos y brasileños, solamente el colombiano Farid Jattin se cuela como tercero entre los 10 mejores. Junto a Lampropulos, Simao y Jattin en el podio, la clasificación la completan el brasileño Felipe Mojave, Lucá, André Akkari, Josias Santos y Luiz Duarte, los tres brasileños, y los argentinos Andrés Korn y Richard Dubini.
Lampropulos hace historia al ser la mejor en una disciplina que tradicionalmente ha estado dominada por el género masculino. Tal y como está ocurriendo con otras profesiones que estaban reservadas a los hombres, como sucede con la de soldador en Cutral Co, la presencia y los éxitos de las mujeres en el mundo del póker aumentan, y el triunfo de Connie Lampropulos es buena muestra de ello.
En la clasificación mundial de las mejores jugadoras de póker según GPI –solo mujeres-, Lampropulos repite este año en la 2ª posición. Como ya sucediera en la clasificación de 2017, se ha impuesto la canadiense Kristen Bicknell, con cerca de 600 puntos más que Lampropulos.
Actualmente Bicknell es la nº 26 en el ranking general, pero la argentina puede sentirse bien orgullosa puesto que es la única mujer junto a la canadiense que logra meterse en el Top 100 mundial. Lampropulos acababa el año 2018 como la nº 95 de la clasificación mundial y nº1 de América Latina, un logro enorme que la joven bonaerense ha conseguido con mucha constancia y humildad.