Mediante una carta emitida y rubricada por los obispos de la Patagonia, se dejó el mensaje para todos las y fieles católicos en esta semana santa.
Los responsables de las congregaciones católicas de estas provincias del sur del país se reunieron para emitir un documento, donde no dejaron de lado, la situación por la que atraviesa el país. E hicieron un llamado, especialmente a la hora de votar, con palabras tomadas del obispo Enrique Angelelli, que el próximo 27 de abril será declarado beato por la Iglesia.
Según señalaron Angelelli dijo: “Votar no consiste solamente en depositar una “papeleta” en una urna… Votar no significa cumplir un deber cívico para evitar una infracción a la ley. Votar no es tratar de congraciarnos… para conseguir una “ventaja” personal. Votar es hacer y construir nuestra propia historia argentina y provincial. Es poner el “hombro” para que como pueblo no se nos considere solamente en las urnas sino el gran protagonista y actor en la reconstrucción de la Patria. Es para eliminar las causas que engendran injusticia, miseria, odios, éxodos obligatorios. Es para eliminar las causas que ocasionan niños desnutridos, hogares en la permanente inseguridad por el pan de cada día, una concepción de la enseñanza que engendra hombres insatisfechos, resignados, frustrados, desorientado en los interrogantes más fundamentales de la vida. Es para que se multipliquen las fuentes de trabajo, para que no tengamos tantas manos argentinas “ociosas” sin saber en qué emplearlas. Es para que en la Argentina no siga siendo más importante el “tener más” sino el “ser más”, es para que haya una Argentina nueva para todos”. Lo dijo en la homilía del 25 de febrero de 1973).
Parte del texto del mensaje es el siguiente:
“Queridos hermanos y hermanas, queridas comunidades de nuestra Patagonia, reciban nuestro saludo con esta siempre nueva y buena noticias: CRISTO HA RESUCITADO. Que esta Pascua nos convoque para ser mensajeros y testigos de vida plena… Que esta Pascua renueve nuestra esperanza tan necesaria en estos momentos que vivimos. La Pascua es meta y anticipo, por eso, nos pone en camino, alejando de nosotros la tentación del fracaso, la desilusión,del miedo, el bajar los brazos. La Pascua siempre es respuesta para los interrogantes profundos que nos inquietan y preocupan. La Pascua nos une a Cristo que venció toda la muerte”.
Mencionaron además que “celebrar las Pascuas es renovar nuestra vocación de cuidar toda persona, desde su comienzo hasta el momento final. En cada persona deberíamos descubrir la presencia de Jesús, y cómo Él nos lo indicó, en los más sufridos, olvidados y descartados, en aquellos que lo necesitan”.
Finalmente agradecieron a “las mujeres, a las familias, los matrimonios, los jóvenes, los niños, los adultos de edad avanzada, a todos los necesitados que nos muestran el hambre de Vida plena y nuestra pequeñez necesitada que hacen concreta esa Presencia Viva y Misericordiosa de Jesús, el que vive resucitado”. ¡No nos dejemos robar ni la esperanza, ni la alegría! Él está con nosotros hasta el fin y nos amó hasta el extremo. María, Mujer de la Pascua, nos cuide a todos, como lo ha hecho siempre con sus hijos en cada tiempo. Dios, que vive resucitado, nos anime a reconocerlo en cada prójimo y, gracias a la oración de todos, le dé lugar en el corazón”.
El mensaje está firmado por Juan José Chaparro, Obispo de San Carlos de Bariloche), Fernando M. Croxatto de Neuquén, Marcelo A. Cuenca de Alto Valle del Río Negro, Jorge García Cuerva de Río Gallegos, Joaquín Gimeno Lahoz de Comodoro Rivadavia), Esteban M. Laxague, de Viedma, José Slaby, de la Prelatura de Esquel), Roberto P. Álvarez y Alejandro P. Benna obispos auxiliares de Comodoro Rivadavia), Miguel E. Hesayne, Obispo emérito de Viedma), Marcelo A. Melani, emérito de Neuquén), Néstor H. Navarro emérito de Alto Valle del Río Negro, Fernando M. Bargalló emérito de Merlo-Moreno), y Juan Carlos Romanín,obispo emérito de Río Gallegos.