“El pasado 09 de mayo del corriente año un alumno de tan solo 9 años de edad, cansado y agobiado por el bullying que sufría a diario en la escuela abandonó la institución, Escuela Nº 159 del barrio 25 de Mayo de Plaza Huincul. Bullying que sufría desde el primer día de clases de su primer grado. La escuela desde ese entonces y hasta la actualidad sigue con la señora Mena Sánchez Norma, a cargo de la dirección, quien decidió hacer oídos sordos y optó por la inacción ante un hecho tan grave. Cada vez que como mamá me manifesté y acudí angustiada y sumamente preocupada por lo sucedido se comprometieron a hacer lo necesario para revertirlo”. “NUNCA hicieron lo necesario. No todo el curso completo. Solo un grupo de unos 6 niños que impulsados no sé por qué motivo decidieron hacerle la vida imposible a mi hijo. La respuesta tanto de padres como de directivos ante mis constantes reclamos fue a modo de justificación que el “grupito” venía desde el jardín juntos y era casi imposible que ADMITIERAN a un niño nuevo. Que eran tan unidos que nadie de la institución lograba hacer que los niños cambien de actitud”. “Mi hijo llego casi todos los días de su estadía en esa escuela triste, angustiado preguntándose “porque nadie me quiere???” “porque me tratan tan mal???”. Hasta se acostumbró al mal trato de estos 6 niños y festejaba el día que lo trataban bien. Está bien??? me pregunto yo que un niño llegue a la casa festejando “mamá hoy me trataron bien!!!!”
“Mi hijo sufrió acoso en el baño… y con esto me refiero no a un acoso sexual. Sino que estando en el baño 4 de estos niños empezaron a molestarlo, intentando abrirle la puerta. En este intento de abrirle la puerta lo golpearon en la cabeza y no pudo asearse como corresponde. Mi hijo llego humillado a casa. En ese momento hasta un acta hice labrar en la escuela”.
“En los recreos 2 de esos niños lo tomaban del cuello y lo tiraban al piso golpeándolo. Siempre lo tomaron como el “tonto” del grupo, le escondían sus útiles. Le tiraban el agua de su botella… se burlaban de él en el patio”.
“En tercer grado hablé con la Seño que siempre estuvo atenta a todo, muy dedicada y le consulté si ella notaba algo, le pedí que observe si mi hijo hacia algo para provocar tanto maltrato y siempre me dijo que NO. Al contrario…”
“Ya a fines del año pasado harta de que nadie me “ayude” volví a hablar con la directora para comentarle que estaba haciendo lo imposible por cambiar a mi hijo de escuela. Recién ahí “reaccionó” por decirlo de alguna manera y tanto ella como una de las integrantes del Departamento de apoyatura Pedagógica se comprometieron a hacer hasta lo imposible por solucionar las cosas. No logré conseguir la vacante para mi hijo y siguió en esa institución. Este año las cosas no cambiaron… los niños siguieron molestando a mi hijo al extremo de tirarle sus útiles en el patio, esconderle sus lentes de lectura”.
“Más triste aun es enterarme por una mamá de uno de sus ex compañeros que este grupo que tanto hostigó a mi hijo festejó cuando se enteró que ya no iba más a la escuela… Habían logrado su cometido”.
“Gracias a Dios, logré conseguir una vacante y mi hijo hoy sale feliz de la nueva institución. Fue aceptado por todos sus compañeros con mucho cariño”.
“Decido hacerlo público con la esperanza que ningún otro niño padezca lo que mi hijo padeció en todo este tiempo. Deseo que estos niños tengan un buen futuro y nunca se topen con gente como ellos que los lastime tanto”.
L. G
31.173.389