En la madrugada del domingo hubo un enfrentamiento armado en la calle San José del barrio Progreso y luego una segunda agresión que terminó con la vida de José Ramón Valverde.
La víctima había sido condenado con la mínima pena (ocho años) por asesinar con la misma metodología con la que ahora murió.
En 2011, Valverde y otras personas llegaron a la calle Gran Malvina del barrio Parque Este donde se desarrollaba un cumpleaños.
Sin mediar muchas palabras, comenzó una balacera que terminó con la vida de Benicio Becerra y Gustavo Campos. Había testigos del hecho pero los investigadores no contaron con ningún testimonio. En aquel entonces lograron reunir suficiente prueba como para alcanzar un acuerdo con la defensa por 8 años de condena, el mínimo.
Valverde fue encontrado culpable del doble homicidio en perjuicio de las víctimas, intento de homicidio de un hombre de apellido Rioseco y también del delito de abuso de armas. Se agravó la pena porque iba con un menor de edad, que no fue involucrado en la causa.
Cuando allanaron la casa de Valverde por los homicidios de Becerra y Campos encontraron cuatro revólveres calibre 22 corto, dos calibre 32, uno calibre 38, una pistola 9 milímetros, dos carabinas calibre 22 y 20 sobres que contenían marihuana, preparados para su distribución.
Ocho años después, Valverde encontró la muerte tras recibir varios disparos de arma de fuego. Hay testigos presenciales de los hechos pero nadie colabora con la investigación. Hasta el próximo ajuste de cuentas.