El jefe de fiscales de la ciudad dio su versión de los hechos en los alegatos iniciales del juicio, con datos precisos sobre el ataque en que Pedro Colihuinca fue asesinado.
Durante su relato precisó horarios, momentos y situaciones para ilustrar el panorama ante el jurado, pero al cierre manifestó “no me crean, las pruebas van a demostrar que así se dieron los hechos”.
En el alegato de apertura del juicio, el fiscal Santiago Terán remarcó que solo un 7% de la jurisdicción es zona urbana y, este crimen, sucedió en el terreno restante “donde viven personas que padecen la ausencia del Estado”. “Para llegar a este lugar hay que recorrer 30 kilómetros hacia el sur de Plaza Huincul por ruta 17 hasta el ingreso a una ‘picada’ o camino petrolero que va hacia Cerro Lotena y recorrer otros 30 kilómetros hasta un primer puesto llamado El Granito, que pertenecía a Pedro Colihuinca; y 5 kilómetros más adelante, el puesto Aguada del camino, donde vivían sus hermanos Desiderio y Juan” explicó para dar un contexto sobre el escenario.
Luego, mencionó que aquel domingo 2 de diciembre, la familia se reunió en El Granito a compartir un asado y por la tarde, Desiderio y Juan se retiraron a Aguada del camino para comenzar con la señalada de chivos y horas después Pedro y su esposa se sumaron. Por la tarde, alrededor de las 20.30 “ven pasar un Peugeot 504 que conocen de unas personas que tienen su puesto en la zona” y al cabo de unos minutos, Juan y la esposa de Pedro deciden retirarse para viajar hasta Cutral Co, mientras que “Pedro vuelve a El Granito y Desiderio se queda cerrando el predio” contó.
“En ese momento el Peugeot regresa y se detiene frente a la tranquera y se baja el conductor pidiendo auxilio por un problema de sobrecalentamiento en el motor, por lo que Desiderio, hombre solidario de campo, le ofrece un balde con agua” continuó el fiscal. Cuando el puestero regresó a la tranquera “la persona que estaba fuera le coloca un arma en la cabeza y el que iba en el asiento trasero desciende con un arma larga que también coloca sobre su cabeza”.
El tercero, que iba en el asiento del acompañante, “le colocó un buzo en la cabeza a Desiderio y lo llevó hasta una ramada donde quedó maniatado, mientras los otros metían el auto al puesto e ingresaban a la casa” dijo Terán.
El fiscal manifestó que fue en ese momento cuando Pedro Colihuinca regresó sin notar lo que pasaba y una vez dentro del predio se encontró con los ladrones. “Desiderio se soltó y le gritó ‘andate que nos van a matar, te van a matar’ y mientras corría de regreso a su camioneta fue baleado”.
Terán apuntó a Gutiérrez durante su discurso y mencionó que “este sujeto le disparó a 5 metros de distancia con un arma calibre 9 milímetros, tomándolo de costado. El proyectil ingresa por la rodilla izquierda, la atraviesa y queda alojado en la rodilla derecha”.
Simulando el episodio, el fiscal se arrodilló ante el jurado y “teatralizó” el ataque: “Pedro quedó de rodillas y Gutiérrez le disparó ¡PUM! en el rostro y luego ¡PUM! en el hombro. En éste último, el proyectil bajó rompiendo todo y desangrándolo hasta la muerte”.
Inmediatamente después, “ordeñaron el Peugeot para sacar nafta, rociaron la camioneta de Pedro y la prendieron fuego” aportó Terán.
Mientras eso ocurría, Desiderio logró desatar el nudo que lo tenía unido a un poste y corrió a campo abierto mientras se desprendía de su remera para camuflarse y evitar ser herido. “Le dispararon varias veces, pero no lograron alcanzarlo” refirió el fiscal.
Al cierre, recordó que el homicidio ocurrió en ocasión de robo, ya que el objetivo primario de los ladrones era llevarse una suma de 7 mil pesos que la familia poseía por la venta de animales, y algunas pertenencias de menor valor.