El robo de una moto motivó un allanamiento en dos casas ubicadas al final de la calle San Juan Bosco, pertenecientes a una familia ligada al ambiente delictivo. Horas después, dieron con dos personas armadas que salían del lugar.
La semana pasada el comisario inspector Dante Catalán dio cuenta de que “en los últimos 20 días el barrio estuvo en alerta por los enfrentamientos de dos bandas antagónicas de la zona de San Juan Bosco al final” mientras relataba el arrebato de la cartera a una mujer que iba hacia un velorio, que dejó como saldo a 2 demorados.
Las mismas personas se vieron involucradas en dos hechos de esta semana. El domingo por la mañana robaron una moto de la esquina de San Luis y Matorras, la llevaron hasta la vivienda al final de calle San Juan Bosco y desde allí apuntaron con un arma de fuego a la patrulla policial que seguía sus pasos.
Desde el lugar también arrojaron piedras y otros elementos, pero finalmente el lugar quedó bajo consigna y dieron paso a un allanamiento donde demoraron a cuatro mujeres y tres hombres que entorpecieron el procedimiento.
Allí también recuperaron la motocicleta tipo enduro y un casco, escondidos en un colectivo viejo que utilizan como casilla. Sin embargo, el arma con el que habrían apuntado al móvil policial no fue encontrada.
El hecho produjo que la casa estuviera bajo vigilancia durante todo el domingo y, ya en la madrugada del lunes, la policía advirtió una aparente maniobra sospechosa con el arribo de un taxi que llevaba la luz de su cartel apagada.
Según relató el comisario inspector Ariel Castillo, dos personas reconocidas por sus antecedentes delictivos subieron al vehículo que giró en U y se marchó por el canal colector hacia el sur.
Allí fue interceptado por un móvil policial, por lo que sus dos ocupantes descendieron y arrojaron un bolso donde había dos armas de fuego, una pistola calibre 22 y una “tumbera” de fabricación casera.
Ambos fueron demorados y serían familiares de las personas aprehendidas horas antes en el allanamiento del domingo. En cuanto a las armas, “se sospecha que fueron empleadas en las amenazas que recibió el personal” apuntó Castillo, por lo que fueron secuestradas para su peritaje.
En cuanto al chofer del taxi, se retiró del lugar sin radicar denuncia.