Fiscalía avanza en la investigación por las estafas de compras de celulares que se efectuaban desde la Unidad de Detención 22 y apuntan a un vínculo entre la red y los penitenciarios.
“Lo que hay que aceitar son los mecanismos de la delegación del personal abocado a los controles de los sujetos riesgosos” analizó el jefe de fiscales, Santiago Terán, al tiempo que admitió que por la investigación del caso secuestraron los teléfonos de los uniformados, sobre quienes existen “sospechas fundadas”.
Terán relacionó directamente el caso con la fuga de Cristian Flores de la Unidad de Detención, a quién apuntó como “el capo mafia que maneja la estructura de las estafas telefónicas desde dentro de la cárcel”. Según el fiscal, hubo una facilitación para la fuga “¿Cómo puede tener un celular? Él se fuga con un celular en la mano” cuestionó.
Respecto al celular, Terán mencionó que “se lo facilitaron o era de él, pero ya lo habían ingresado y ¿quién se lo puede facilitar? Un penitenciario” y explicó que al momento de escapar del penal fue “premiado por los penitenciarios, por que lo llevaron al exterior, a un sector en el cual tenía señal, bajo el pretexto de que en el interior no tenía. Lo premiaron dejándolo salir sabiendo que está involucrado en un caso así”.
Por otra parte, el fiscal comentó que hay un grupo de penitenciarios que se encuentran bajo sospecha y a quienes le secuestraron los celulares para peritaje; y aclaró que “el celular no está permitido en el interior del penal, como las facas, pero que las hay, las hay. El tema es ¿por qué las entran?”