Se concretó hoy la última jornada de testigos en el juicio que se le sigue a Eros Kevin Joaquín Muñoz Coria.
La atención se concentró hoy en la declaración de la médica María Cristina Álvarez, quien fue atacada por el imputado, recibió dos puntazos en la zona torácica y abdominal, y le robó el morral que metros más adelante arrojó cerca de la terminal de Ómnibus de Cutral Co.
La médica -que pidió no ser fotografiada- relató ante el jurado popular de qué modo fue abordada por Muñoz Coria, minutos después del homicidio de la abuela Celia Maidub de Calvo, a unas siete cuadras de distancia.
Álvarez fue tomada por el hombro izquierdo al momento del ataque. “Dame la plata”, le dijo el imputado. Y aunque la médica se resistió, Muñoz Coria logró llevarse el morral pequeño que usaba. Antes, según la misma víctima reseñó el agresor le pegó en dos oportunidades.
La médica se refirió en varias oportunidades a Muñoz Coria como “el asesino”. Y a lo largo de su testimonio, el fiscal Santiago Terán al igual que el juez Raúl Aufranc, le solicitaron que se concentrara en responder y explicarle a los integrantes del jurado popular.
Ocurrió que la médica no dejaba de mirar a Muñoz Coria, que permanecía sentado atrás de la Defensa Pública y en determinados momentos, optó por tomarse la cabeza con sus manos (como lo muestra la fotografía).
“Me robó, me robó, agárrenlo”, relató Álvarez que gritaba a los taxistas de la terminal. Hasta que uno de ellos, le avisó que tenía la ropa mojada. Ahí se dio cuenta que no había recibido golpes sino puntazos con el cuchillo. Ya en su casa, constató que tenía dos lesiones sangrantes. Se colocó unas gasas y pidió a una amiga que la lleve al hospital. “Me acuchillaron”, recordó la médica que le dijo a su amiga.
“Angustia es lo que esto me genera, que me podría haber muerto o tener consecuencias mayores”, acotó. Y ante la pregunta del fiscal Terán respondió contundente: “claro que sí, corrí riesgo de vida”. Después agregó que estuvo 35 días sin trabajar y 90 días con faja pero eso acotó “no puedo resistir mirarlo”.
A lo largo de su declaración les pidió a los funcionarios “pónganse en mi lugar”. Por último, en relación a la abuela Chela, dijo que “una abuela tiene que estar rodeada del cariño de sus familiares sin dolor y este asesino la dejó tirada”.
Después reconoció que su atacante, Muñoz Coria estaba en la sala. “Si, está aquí. Es un ser tan maligno”, subrayó.
Los demás testimonios fueron escuchados hoy fueron los del reconocido perito Enrique Prueguer, quien explicó por qué la bicicleta secuestrada y la que se observa en las imágenes es la misma. Al igual que la persona que se ve en las imágenes de las cámaras que coinciden también.
Además, declararon policías y la psicóloga. Para hoy están previstos los alegatos de cierre.