Quienes tienen memoria recordarán que hace 31 años un pozo 19 de Filo Morado tuvo una surgencia descontrolada de gas y petróleo que fue controlada tras 64 días de extremo trabajo.
En aquel momento no se contrató a ninguna empresa del extranjero sino que más de un centenar de trabajadores ypefianos trabajaron para controlarlo. El accidente ocurrió el 27 de mayo de 1988.
Aseguran que las llamas llegaron a más de 80 metros de altura. Tras el arduo trabajo se consiguió sellar el pozo luego de dos meses.
El otro antecedente es el pozo de Pluspetrol en Plottier, que generó un intenso debate sobre las cercanía de las perforaciones a la ciudad. Ese debate nunca fue saldado.
Y más cercano en el tiempo se recuerda la surgencia de Bandurria que generó un daño ambiental de importantes dimensiones e implicó una sanción para YPF en el área.
En el caso de Loma La Lata Oeste se espera que el pozo vuelva a controlarse en 15 o 20 días.
