La historia del busto se remonta a la época en que Cutral Co se llamaba Eva Perón. Según relata el periodista Mario Cippitelli, Felipe Sapag gobernaba en Cutral Co en 1953 cuando hubo una gran nevada.
Las dificultades del pueblo, que solamente tenía 20 años de vida, eran múltiples. La nieve fue tanta que viviendas colapsaron, no había cómo atender a las personas enfermas ni tampoco había alimentos suficientes. Felipe Sapag pidió ayuda a las autoridades nacionales y días después llegó un tren con la ayuda de la Fundación.
Como agradecimiento, se hizo una colecta para hacer un busto y se cambió el nombre de la localidad que pasó a llevarse Eva Perón.
La historia del busto fue difícil durante los años de proscripción del peronismo y las dictaduras militares. En estos días la casa de Felipe Sapag en Neuquen se alquiló para el funcionamiento de una escuela privada. Y todas sus pertenencias fueron distribuidas entre familiares y el gobierno provincial.
Según publica Cippitelli el busto quedó en manos de Silvia Sapag.