Fueron 111 los inscriptos mediante la convocatoria que hicieron desde la Red de madres y padres TEA.
“El interés fue mucho, lo lindo es pensar que hay interés para seguir trabajando”, explicó Carina Rodríguez, una de las integrantes de la Red.
Entre los asistentes hubo, además de familias, docentes y profesionales de la salud, allegados y personas que están cerca de un niño o niña con TEA (Trastorno del Espectro Autista).
Carina, Marita y Carolina explicaron que hay muchas miradas para abordar la temática, sin embargo, el puntapié es la difusión. “Encontramos mucho interés de la comunidad en sí, en docentes, profesionales de la salud. No quiere decir que estén trabajando en la escuela especial pero se encontraron con casos de un niño con autismo en el aula, o todavía no pero quieren saber”, describieron.
La idea de contar cada vez con más familias que se acerquen a la red fue uno de los objetivos. Luego del diagnóstico de TEA, las familias se encuentran con que debe formarse y empzar a pensar que toda la familia debe hacerlo, los docentes que tienen a sus niñas o niños.
Entonces, es imperioso contar con capacitación y acercarla. Como en tantas otras especialidades, la mayoría de los tratamientos y los profesionales que deben llevarlos a cabo están en Neuquen.
“No hay terapeutas ocupacionales. Acá existe una profesional pero que no trabaja con TEA sino otras áreas. Te encontrás con esa barrera y una de las patas del tratamiento de tu niño ya no lo tenés en la zona”, describió otra de las mamás.
La idea es fomentar la formación de los profesionales de aquí que quieran hacerlo para permitir un tratamiento adecuado a las niñas y niños.
En esta Red, los integrantes se fueron encontrando con otras familias que pasaron por lo mismo y pueden compartir experiencias. “Eso nos ayuda a para ver en qué está el otro, que dato nos pueden aportar. Es una red que se va tejiendo y si fuéramos más familias, la idea es conformar una asociación civil para trabajar en forma más estructurada”, refirió Carina.
La falta de profesionales en especialidades como fonoaudiología, psicomotricistas, entre otras lleva a que la listas de espera sea de dos a tres años y, eso obliga a ir hasta Neuquen. Pero no todas las familias están en condiciones de hacerlo.
“La idea es que no se sientan solos porque cuando uno recibe el diagnóstico se siente la soledad. Y ese es el momento donde mayor empatía necesitamos encontrar”, reflexionaron.
“La mayoría de las familias que nos encontramos tenemos hijos de 3 a 10 años y es bueno saber que no estamos solos”, acotaron.
La jornada que era gratuita se desarrolló en el jardín de infantes Nº 4.