La situación de seguridad en el barrio Belgrano ha mejorado en las últimas semanas, tras la demolición del edificio C9, que estaba en total abandono.
Aunque en muchas ocasiones se había planteado que era imposible llevar a cabo esta tarea, la empresa contratada por el IPVU realizó el trabajo sin que hubiera un robo ni una agresión. Eso si, la presencia policial fue constante.
Los vecinos y vecinas aseguran que ahora la policía patrulla a pie dentro del barrio y que hay un acercamiento hacia los uniformados de parte de las familias de buen vivir, que se sienten más protegidas.
Y que el consumo más problemático es de alcohol más que de drogas, ya que el alcohol circula en grandes cantidades y es consumido sin control por gran cantidad de personas.
Todavía no es seguro que se realicen más demoliciones en el barrio, porque hay departamentos abandonados en muchos bloques, no sólo el C7. Y porque el problema de los “aguantaderos” no es sólo de departamentos destruidos sino de los abandonados, que sumarían decenas en todo el barrio.