Un polémico cartelito en la guardia del hospital zonal de Cutral Co y de Plaza Huincul generó un debate que por ahora es superficial pero que debería ser profundo.
En el cartel se anunciaba que se atendería a los pacientes sin obra social. Y los reclamos se multiplicaron.
Aquellos que no tienen tantos años como yo, o no son tan memoriosos, no sabrán que el mismo debate se dio hace muchos años pero en sentido inverso. Es decir, el gobierno provincial implementó un sistema de cobro de prestaciones a las obras sociales, que se llamó arancelamiento. En ese momento hubo oposición a esa idea porque el sistema público se “privatizaba”, es decir que se terminaría privilegiando a los que pagaban por el servicio.
Ahora el reclamo es a la inversa. Creo yo que ello tiene más que ver con el sistema privado de salud que con el público.
¿Por qué los pacientes con obra social se atienden en el hospital? Porque el sistema privado de salud es insuficiente y deficiente. Porque el Sanatorio Huincul se sostiene solamente con el control de una obra social mayoritaria como es Osprepi, de los trabajadores petroleros. Y ello va en desmedro de la atención general.
Cuando la clínica Neuquen dejó de funcionar no hubo mayor intervención estatal y cuando la crisis se desató en la clínica Cutral Co hubo más participación pero no fue suficiente para sostener la internación.
¿Es responsabilidad del Estado provincial o municipal que funcione una clínica? No. Pero debería ser una preocupación. Y por otro lado, quedó demostrado que quienes ejercen la medicina no saben de administración empresarial. Tal vez deberían dejar el espacio a otros actores.
En todo caso, no está bien que la crisis del sistema privado de salud la termine pagando el hospital público. Que es lo mismo que decir todos nosotros.