Se trata de la carabina secuestrada en una de las 8 viviendas allanadas ayer, tras el homicidio del policía Luis Nahuelcar. Según trascendidos, el arma podría vincularse a otro hecho de sangre ocurrido en 2018.
El saldo de los operativos policiales del miércoles fue de 8 demorados y una carabina secuestrada como presunta arma homicida. Si bien restan las pericias correspondientes sobre el arma y el cuerpo del uniformado fallecido, el comisario mayor Miguel Ángel Riu, superintendente de seguridad, explicó que “se trata de un arma, posiblemente 22”.
No obstante, se supo que el arma ya se encuentra en manos de los especialistas para realizar los cotejos necesarios, ya que contaría con detalles de extrema importancia para la causa.
Asimismo, el mayor reveló que el disparo ingresó sobre el lateral derecho de la nuca de Nahuelcar, pero el proyectil quedó alojado en el interior y depende de los exámenes forenses el determinar el calibre y trayecto de la bala que le causó la muerte.
Respecto al momento del ataque, Riu explicó que policía acudió dos veces a la vivienda incendiada en calle Mitre, ya que la gente de los alrededores se mostró hostil con los bomberos y con la propia policía presente. En el lugar montaron un operativo de cercado perimetral donde participaron unos 10 uniformados, entre ellos, el cabo Nahuelcar del grupo SEM.
Allí recibió el disparo que primero le causó muerte cerebral y horas después terminó con su vida. Versiones indican que el disparo sería de una distancia mediana a larga y a espaldas del efectivo policial. No obstante, el autor aún no estaría identificado.
La causa permanece bajo una hermética investigación liderada por la fiscalía a cargo Marisa Czajka, con colaboración de la jefatura policial y de la ministra Vanina Merlo, de Gobierno y Seguridad, que esta mañana estuvo presente en sede judicial.
Fuentes revelaron a este medio que tanto la familia sospechada como el arma encontrada están relacionados a otro homicidio ocurrido a mediados del 2019, en el barrio Peñi Trapun de Cutral Co.