Ayer se ordenó el pedido de captura nacional para José Luis Espinoza, sospechado como autor del disparo que le causó muerte al cabo Gabriel Nahuelcar durante la mañana del 1 de enero en Cutral Co. Pese a su corta edad, el adolescente se vio involucrado en varios hechos aunque ninguno figura como antecedente penal.
La familia Espinoza del barrio Peñi Trapún de Cutral Co ganó renombre a fuerza de delitos e incidentes violentos en la zona oeste de la ciudad. Una familia que hasta hace algunos años era conocida por tener un comercio en calle Zapala y porque el padre era pastor evangélico, se vio envuelta en distintos episodios delictivos, la mayoría de ellos con el uso o empleo de armas de fuego.
Así, en la jerga callejera, ganaron el apodo de “cuatreros” por verse afectados a una serie de robos de animales y asaltos a puesteros en zonas rurales.
En ese contexto, José Espinoza pudo haber naturalizado la vida dentro del ámbito delictivo y, siendo menor de edad, estuvo ligado a dos homicidios violentos.
En diciembre de 2017, con 16 años, fue considerado primer sospechoso de la muerte de Lucas Flores frente a la casa de sus abuelos, en Zapala y Buta Ranquil. La víctima iba en un auto junto a otras dos personas cuando un disparo a larga distancia lo alcanzó y le causó una muerte inmediata.
Por su condición de menor, pasó 20 días internado en un Instituto de Menores, por orden del fiscal Gastón Liotard, aunque la investigación también afecto a otros integrantes de su familia ya que su padre fue condenado por el caso a la pena de tres años de prisión en suspenso. La teoría del caso apuntaba a una represalia contra Lucas Flores, ya que meses antes el joven del barrio Belgrano les había robado una moto.
Tiempo después, en diciembre de 2018 participó del robo en el puesto Aguada del Camino -cercano a Picún Leufú- donde su compañero Julio César Gutiérrez asesinó a Pedro Colihuinca. En un principio, José Espinoza fue procesado junto a Juan Espinoza y Gutiérrez, pero finalmente la causa se volcó únicamente contra Gutiérrez por el homicidio, ya que la participación de los Espinoza en la muerte del puestero no pudo ser probada.
De acuerdo a las pruebas presentadas en el juicio por jurados contra Gutiérrez. Los tres llegaron al puesto pidiendo agua, entraron por la fuerza y maniataron al puestero Desiderio Colihuinca a un poste. Gutiérrez lo controlaba mientras Juan y José robaban la vivienda, cuando Pedro llegó y los enfrentó, para terminar muerto por un disparo de arma de fuego.
Este año, en el mes de septiembre, Alberto “Beto” Espinoza -padre de José- se atribuyó la muerte de Matías Moreno en el mismo barrio, pese a que la primera hipótesis señalaba a José como autor. Este caso fue el inicio de una serie de enfrentamientos armados en la barriada que dejaron como saldo final la muerte del pequeño Luciano Fuente.
En agosto de 2019 José cumplió la mayoría de edad y hoy es intensamente buscado en todo el país. Fiscalía cuenta con las pruebas necesarias para formularle cargos por homicidio simple agravado y, dada su desaparición, podría aplicarse una prisión preventiva inmediata considerando el riesgo de fuga como peligro procesal.
El “arma larga”
Si bien no fue procesado por los crímenes mencionados, los investigadores sostienen que José Espinoza usó la carabina secuestrada en calle Zapala para efectuar un disparo a larga distancia que causó la muerte de Nahuelcar.
El modus operandi coincide con la muerte de Moreno y de Flores, ambos con disparos de larga distancia y con un proyectil chico, compatible o similar a un calibre 22.
En cuanto al crimen del puestero Colihuinca, Desiderio narró con detalles lo vivido en carne propia aquella tarde de diciembre de 2018. Si bien su hermano fue asesinado con el arma de Gutiérrez, Colihuinca reveló que uno de sus acompañantes bajó del auto con un arma larga que en ese entonces no había sido hallada por los investigadores.