El adolescente José Luis Espinoza escapó apenas se dio cuenta que había herido a un policía. Y logró mantenerse casi tres días prófugo.
El fiscal José Gerez y la plana mayor de la policía provincial estuvieron en Cutral Co y pusieron a disposición todos los medios tecnológicos para tratar de dar con el joven.
A Espinoza se lo sindica como el autor del disparo que sesgó la vida del cabo Luis Gabriel Nahuelcar en un procedimiento realizado el 1 de enero.
El objetivo se concretó en la tarde noche del viernes. Ayer trascendió que la tarea de la Brigada de Investigaciones de Cutral Co fue fundamental.
Es que los integrantes de la Brigada conocen a la familia Espinoza desde hace muchos años, han investigado múltiples delitos relacionados con ellos, tanto homicidios como robos, abusos de arma y delitos menores como amenazas.
Se supo que durante ocho horas el personal de la Brigada siguió pistas a pie, en Picún Leufú. Revisando chacra por chacra, porque sabían que podía esconderse en la zona rural. Aproximadamente a las 19 volvieron a su unidad “con mucha tristeza porque no teníamos ninguna pista firme”, contó un efectivo. Allí llegó el dato que sería vital para encontrar al presunto asesino.
El sector donde se escondía Espinoza es bastante alejado de la ruta nacional 22. Hay muchas chacras que son poco visibles, además de la actividad petrolera que impide el paso. Decididos a recorrer una por una, los policías comenzaron por la última. Allí estaba el joven, bañándose en un piletón.
Cerca de él tenía varias armas de fuego, una sería de caño largo. Y un bolso con ropa. “No sabemos si acababa de llegar o ya se iba”, mencionó la fuente consultada. Lo cierto es que, al advertir la presencia policial, se inició un enfrentamiento que terminó con Espinoza herido en el abdomen. Se lo identificó a la distancia por el tatuaje del ancla, que había sido difundido.
Los efectivos de la Brigada sabían quiénes son sus personas conocidas, tenían la información de cuáles son amigos y enemigos. Tenían en claro que la zona rural era una opción concreta para esconderse porque la familia conoce el sector. Y así consiguieron el dato que les permitió conocer el paradero de Espinoza.
Hubo intervención judicial para esclarecer el procedimiento y se espera establecer si el disparo que tiene el joven en el abdomen provino de un arma policial o no. Por ahora declararon todos los efectivos que participaron del operativo.
Más allá de ello, en la Brigada de Investigaciones hubo emoción y satisfacción “porque ahora habrá Justicia para nuestro compañero”, dijeron.