En junio de 1996, el gobernador Felipe Sapag se comprometió ante las vecinas y vecinos que se construiría un nuevo edificio para el hospital Aldo V. Maulú.
La promesa fue parte de un extenso petitorio tras la pueblada de 1996 e incluyó otras obras como el CPEM 51, el jardín 5, el jardín 3, el centro de día del barrio Otaño y la escuela 334.
En 2004, el 28 de abril, el edificio se inauguró oficialmente. La gestión e inicio de la obra tardó un año y la construcción tardó siete años más.
En medio hubo innumerables paro y reclamos de los obreros que se desempeñaban allí por falta de pago, falta de condiciones laborales, entre otros motivos.
Cuando el hospital finalmente se inauguró hubo nuevos reclamos por falta de personal y de equipamiento.
Dieciséis años después el hospital es casi el único sostén del sistema de salud. Atiende toda la demanda de urgencia y trauma y prácticamente el 70% de la población general.
En tiempos de pandemia, es importante recordar desde donde venimos y cómo llegamos hasta aquí. Los tiempos futuros no serán simples pero la memoria de la supervivencia estará a nuestro favor.