Tras concretar la detención de los cuatro nuevos implicados en la investigación por el crimen de Gabriel Nahuelcar, policía señaló a uno de ellos como el presunto autor del disparo que provocó la muerte del efectivo policial. Hoy será la formulación de cargos.
Tras una extensa tarea de parte de la Brigada de Investigaciones de la policía, bajo la lupa de la fiscalía de Santiago Terán, el crimen del cabo Gabriel Nahuelcar dio un giro inesperado. El 1 de enero fue asesinado de un disparo de larga distancia mientras regresaba de verificar un incendio en el barrio Peñi Trapún, y tras una serie de incidentes entre uniformados y personas del lugar.
De inmediato se señaló a José Luis Espinoza como responsable, identificado en los disturbios previos, y por cinco días fue buscado intensamente hasta que lo atraparon en Challacó, mientras planeaba su huida con dos bolsos llenos de ropa. Lo rodearon, se resistió y recibió un disparo en el abdomen que casi le cuesta la vida. Luego se le formularon cargos por homicidio triplemente agravado (por el uso de arma de fuego, por alevosía y por se la víctima un efectivo policial en funciones) y desde entonces continúa en calidad de detenido de forma preventiva.
Pero en el proceso se dejaron ver algunos indicios de que podría haber cambios. Antes del inicio de la pandemia se solicitó extender el plazo de prisión preventiva y el fiscal Terán anticipó una serie de pistas: escuchas telefónicas, algunos encubridores y testigos que serían determinantes si conseguían las pruebas suficientes, aunque todo se manejó con un hermetismo extremo.
Finalmente, se concretaron 4 allanamientos en la mañana del domingo con resultados altamente positivos: la detención de Miguel Angel “Tuerto” Díaz, su hermano Walter Díaz, Lautaro Campos y José Adrián Culliqueo. Todos ellos ligados al caso de distintas maneras que serán explicadas por el fiscal.
Desde la policía, el comisario inspector Claudio Vinet señaló al “Tuerto” como el presunto autor según las nuevas evidencias y reconoció que los cuatro son “ciudadanos peligrosos del ambiente delictivo”.
