En las dos ciudades, la demanda de los pacientes es absorbida por el sistema público, a través del hospital o bien, en el ámbito privado, por la clínica que pertenece al sindicato petrolero.
Sin embargo, ante esta pandemia del coronavirus, COVID-19 se articuló y consensuó una modalidad de trabajo conjunta.
Fue el responsable médico de las clínicas del gremio, Martín Regueiro, quien especificó que si bien se venía trabajando con el sistema público, ahora se afinó esa labor. “Extremando las medidas de bioseguridad hacemos la atención”, especificó.
El sanatorio fue dividido por sectores y se limitó la circulación de familiares de pacientes internados. De todos modos, aquellos que llegan son provistos de camisolín, barbijo y guantes.
Por otra parte, se busca también hacer externaciones tempranas disminuir el riesgo de algún contagio y para aumentar la disponibilidad de camas, que permite dar respuestas ante las demandas del sistema público y privado.
“Se habilitó un teléfono de urgencia y cuando hay alguna derivación desde el hospital, se lo hace y hasta ahora salió todo bien”, manifestó. En principio, llegan aquellos pacientes que no son COVID-19.
Mientras que los pacientes del hospital público que requieran del servicio de terapia intensiva por coronavirus, serán derivados pero a Zapala, que es centro COVID-19.
El sanatorio tiene disponibles 26 camas de clínica médica y siete de terapia intensiva. Hay doce más de pediatría y cinco y neonatología.
“Queremos felicitar al personal por cómo trabaja y apelamos a que la población se cuide mucho porque el escenario es complicado pero estamos trabajando muy bien y articuladamente, entre el sistema público y privado”, concluyó.