En abril de este año, el intendente Gustavo Suárez puso en funcionamiento una línea de atención a las emociones que generó el aislamiento preventivo por el COVID-19.
En aquellos primeros días, la línea recibió llamados de personas que sentían la angustia por no poder ver a sus familiares y también solicitudes de asistencia para personas que vivían solas.
Luego, cuando se decretó el “distanciamiento social” la demanda de atención disminuyó. Manuel Tranamil, el subsecretario del área Municipio Saludable, explicó que ahora los llamados son “por temas que venían de antes, principalmente problemas de pareja y familiares”.
En la línea no se realizan tratamientos psicológicos sino que asisten a las personas que viven situaciones de angustia y de encierro. Se atiende el emergente y luego se lo deriva a los servicios de atención de salud mental. “No se abordan patologías que estaban siendo tratadas ni se brinda tratamiento psicológico”, aclaró Tranamil.
Además llegan a la línea solicitudes por alimentos. La continuidad de las restricciones para circular disminuyó la venta callejera, dejó sin trabajo a cientos de trabajadores y trabajadoras. “Ha crecido mucho la demanda de alimentos, esos casos los derivamos a Desarrollo Social de ambos municipios, porque nos llaman desde las dos ciudades”, informó.
Las líneas telefónicas siguen disponibles y son estas: La línea fija de 00 a 8 am, 4968869. Y de 8 am a la medianoche atienden en el 2994135680
Tranamil además informó que todos los viernes se están realizando reuniones virtuales en donde se abordan temáticas relacionadas con la prevención de autolesiones y suicidio. Son abiertas y se puede participar en la página de Facebook del Ministerio de Salud de la provincia.