El eclipse solar que se avecina es una excelente oportunidad para introducir a los niños y niñas en el fascinante mundo de la astronomía, de la mano del evento natural más espectacular que ofrece el cielo. Requiere cuidados y la preparación de sencillos elementos que protejan la vista y la piel de los pequeños. ¡Te contamos cómo!
Los eclipses solares no tienen consecuencias sobre la salud, pero se deben tomar medidas para proteger la vista, pues no hay manera de mirar el sol de manera directa, sin ocasionar daños severos. En el caso de los niños y niñas, se deben extremar las precauciones, porque tienden a “espiar” el cielo. Se aconseja preparar con tiempo –y hacerlos participar en el proyecto- una caja oscura.
Se trata de un sencillo objeto que se realiza con cajas de cartón, pequeños trozos de papel de aluminio, papel manteca y cinta. Se deben hacer unos pequeños cortes con un cúter, así que habrá que ayudar a los pequeños
en esta instancia. La caja oscura permite observar el eclipse de manera indirecta, dándole la espalda al Sol. Hay mucha información al respecto en internet, pero te dejamos una opción:
Hay otras maneras divertidas para que los más chicos pongan en práctica, como la utilización de un colador, o una espumadera. Por los agujeros de estos objetos se reflejará en el piso o una hoja de papel la forma que toma el disco solar a medida que la luna se interpone. La sombra de los árboles sobre el suelo también dejará ver ese efecto.
No se debe obviar el cuidado de la piel: el eclipse del 14 de diciembre se verá al mediodía y para observar el evento, se pasarán casi tres horas bajo los rayos del sol. Se recomienda usar pantalla o bloqueador solar de alto índice, es lo más indicado para la ocasión.