La familia de los acusados José Luis Espinoza, Walter Díaz y José Culliqueo aseguran que los únicos disparos que hubo el 1 de enero de 2020 “los hizo la policía”. Y que los mantienen presos sin ninguna prueba.
La hermana de Walter Díaz, Rosana, dijo a Cutral Co al Instante que entienden “el dolor del padre (de Gabriel Nahuelcar) que perdió a su hijo pero que busque a la persona que le disparó, no le jodan la vida a cualquiera”.
La investigación
El 1 de enero Gabriel Nahuelcar recibió un disparo que le dio en la nuca, entre el chaleco antibalas y el casco de la moto.
Allí se inició una investigación que primero sindicó a José Luis Espinosa, un joven de 19 años, como el presunto autor. Ello fue principalmente porque estaba presente en el tumulto y porque encontraron un arma, una escopeta recortada, que era utilizada por Espinosa para otros delitos.
Pero las pericias determinaron después que esa arma fue no la utilizada para agredir a Gabriel Nahuelcar. Otro desafío de la fiscalía es que la ubicación de los acusados no coincide con el ángulo de la herida de Nahuelcar y por eso debió desistir de acusar a Espinosa.
Desde entonces hubo dos acusados más. Pero las pruebas son débiles y la investigación se aferra más a la prisión preventiva, como una forma de dar respuestas a una sociedad atenta al resultado del proceso judicial.
Espinosa lleva más de un año preso
Angélica, la madre de José Luis Espinosa, relató que el día que detuvieron a su hijo “querían matarlo”.
“Le pegaron un tiro, inventaron que hubo un enfrentamiento. El policía que le pegó un tiro, sacó un revolver 38 y le disparó cuando estaba esposado. Lo iban a dejar morir, hasta que llegó un muchacho de la Brigada y lo ayudó”, relató Angélica.
Luego de ser atendido en Neuquen, recibió el alta. “Le dieron el alta de un momento para otro y lo dejaron en un calabozo tres días, sin agua, sin luz, sin colchón. Se le hizo una hernia, cerca del ombligo”, relató Angélica.
Para ella, al fiscal Santiago Terán “se le había puesto que había sido él, nos hicieron un montón de allanamientos, rompieron todo en mi casa”.
Persecución
Los familiares además denuncian que diariamente sufren de persecución por parte de la policía provincial.
La esposa de Culliqueo contó que a su hijo “lo siguieron en el auto, no fue proque estacionó mal o pasó el semáforo en rojo, lo siguieron de gusto y le decían cosas del padre” y agregó “la policía está en contra de nosotros, no podés salir ni a la esquina”.
Y que la situación en la comisaría sexta donde están alojados es “una guerra” con el nuevo jefe designado. “El otro día mi marido le dijo que llamara a su familia y le contestaron “que vengan tu familia, que me chupe no se que, yo creo que tienen que tener respeto”.