Concluyó la cuarta jornada en el juicio por jurados populares que se sigue a Diego Andrés “Neneo” San Martín, por el homicidio del niño Luciano Fuente. En los testimonios de hoy, tres peritos detallaron la trayectoria que cumplió la bala que terminó con la vida del niño; se explicó que el fragmento del proyectil es de calibre 38 aunque se indicó que no se puede confirmar -debido a la escasez del material analizado- que se corresponda con un arma como la secuestrada.
Mañana, será el momento de los alegatos finales. Hoy hubo cuatro testimonios, tres de los cuales corresponden a peritos. En primer término, Enrique Prueger, experto en la materia.
Después de especificar de qué manera hizo el análisis, Prueger declaró que en el lugar y pudo establecer mediante sus pericias que incluyeron un láser, se pudo precisar que el “tirador estaría en el borde norte de Buta Ranquil” y “es la posición relativa de la víctima y el testimonio de los testigos, que están al lado de la víctima, entre los 400 y 600 metors y coincide con la lesión fatal que le generan a Luciano”, aclaró.
“Si se concretamente hubo una porción de proyectil, que entró en el cráneo y que venía a una alta velocidad. Era suficiente para penetrar el hueso temporal (del niño) y ese canal de desplazamiento nos dio perfectamente que no tocaba ningún poste ni cable de alta tensión”, siguió explicando Prueger.
“Lo afirmo con certeza, ese es el lugar donde el canal de disparo estaba”. Descartó que se haya tratado de un tiro al aire (o hacia arriba): “imposible porque Luciano estaba parado sobre su bici, apoyando un pie en el suelo y que si hubiese sido una bala perdida que viene descendiendo el disparo en la cabeza hubiese sido imposible”, señaló.
Tampoco era posible un tiro al piso. “La posición más probable es el que se encuentra en 22 de Octubre y Buta Ranquil”, es el que haya efectuado el disparo.
El perito que habló sobre el proyectil fue Lucas Bravo Berruezo, quien se desempeña en el laboratorio de Criminalística dentro del Cuerpo Médico Forense. Realizó cuatro informes periciales y un acta de intervención en la autopsia. Sus informes fueron balísticos y se analizaron proyectiles y carturchería.
El experto en criminalística indicó que se extrajo un “fragmento” de proyectil de plomo, desnudo que estaba deformado. El análisis lo llevó a determinar que se trataba de un calibre 38 similar o compatible. “Existe una alta probabilidad que sea de calibre 38”, sostuvo. Sin embargo, detalló que “no se puede establecer porque el material no tiene suficiente campo de estudio y no podría realizar un cotejo para determinar si se corresponde con el arma secuestrada”.
Finalmente, el comisario Vázquez, detalló todas las tareas que efectuó a lo largo de la investigación. Indicó cómo el padre del amiguito de Luciano le relató que se escuchó “la sartenada” de disparos y después los últimos tres, uno de los cuales alcanzó al niño.
Describió ante el jurado popular y las partes, dónde se lo había visto a “Neneo” San Martín ese día, según los testimonios iniciales. El primer tiroteo, cómo se produce la agresión, los allanamientos que se hicieron, las pericias que se indicaron. Pero además, se encargó de detallar cómo era la relación -de discordia- entre las familias Espinoza, e integrantes de la familia San Martín. Los conflictos que mantienen desde hace tiempo.
La teoría de la defensa particular de San Martín es demostrar que no fue el autor del disparo y, en cambio, endilgarle esa responsabilidad a José Luis Espinoza, quien declaró el segundo día y se encuentra detenido por el homicidio del policía Luis Gabriel Nahuelcar.
En este juicio, el fiscal es Maximiliano Breide Obeid y la familia del niño, Yereni y Jonathan están asistidos legalmente por Omar Pérez. El juez técnico es Federico Sommer.