Hoy, 12 de abril se cumplen 24 años del homicidio de Teresa Rodríguez, la joven del barrio Otaño que fue alcanzada por un disparo cuando se producía el desalojo de un grupo de manifestantes y la policía provincial, en el puente sobre la avenida Mariano Moreno -ruta 17- que desde entonces, lleva su nombre en Plaza Huincul.
Cada año, sus padres Flor (94) y Miguel (88) la recuerdan a su hija, que esa mañana de 1997 observaba cómo se producían las corridas entre un grupo de jóvenes que con piedras intentaban resistir el desalojo de los uniformados de la policía provincial. En ese momento se llevaba adelante un conflicto docente por una recomposición salarial y desde la torre de ingreso a Huincul, la Gendarmería Nacional había desalojado la ruta 22.
Pero en el interior del ejido urbano, como lo era precisamente el puente en la 17, lo hacía la policía provincial. En este desalojo hubo disparos de parte de los uniformados, calibre 9 milímetros y una de esas balas impactó a la mujer que estaba al borde de la ruta 17, a una cuadra del puente.
La bala le impactó en el cuello y fue poco lo que se pudo hacer para salvar su vida, a pesar de que fue trasladada a Neuquén. Por este homicidio nunca se pudo encontrar a un responsable, uno de los uniformados sindicado como el presunto autor luego fue absuelto porque no hubo una prueba que confirmara que desde su arma partió la bala que terminó con la vida de la joven, que dejó tres hijos.
No se anunciaron todavía actos para recordar su memoria.