Si el gobierno provincial pretende desgastar la protesta del personal de Salud, la estrategia puede resultar decepcionante para los fines oficialistas.
Una recorrida por el corte sobre la ruta provincial 17 deja en claro que los trabajadores de salud no están dispuestos a ceder y que cuentan con las herramientas para seguir hasta obtener una instancia de negociación.
La protesta está dividida en varios piquetes, que tiene la particularidad de estar separados por decenas de kilómetros, unos de otros. Y además ahora los separan contra piquetes de los camioneros, que no dejan habilitado el tránsito sobre la ruta a ningún auto particular.
A pesar de la distancia, los trabajadores cuentan con carpas y vehículos suficientes para protegerse del frío de la noche. Además son abastecidos con comida por sus compañeros de otras localidades, por los trabajadores petroleros que quedaron varados y por algunos camioneros que, a cambio, obtienen la posibilidad de ir a comprar a Añelo.
Además de comida, principalmente fruta, pan y artículos de desayuno y merienda, quienes colaboran también les acercan agua. “Queremos agradecer a la comunidad, porque nos mantiene firmes en este reclamo”, dijo una de las trabajadoras.
Hay cubiertas sobre la ruta, pero apagadas. Los manifestantes son trabajadores clase media, así que cuentan con recursos poco habituales en otros piquetes. Y además sostienen la lucha con su propio dinero y las múltiples donaciones que reciben en cada localidad.
En el ambiente emocional predomina la indignación y el enojo que fue creciendo con cada propuesta que no incluye un incremento del básico No pueden creer el trato que reciben del gobierno tras un año de poner el cuerpo a la pandemia. “Es una falta de respeto”, repiten y repiten. Y no quieren retroceder ni un paso. Un cartel dice “esenciales para el pueblo, invisibles para el gobierno”. Así se sienten.
A 20 kilómetros en Añelo, la caravana de camiones es interminable aunque se va renovando con el pasar de los días. Según la jornada se inicia en el primer semáforo y se extiende por varios kilómetros hasta perderse en la ruta 7. Más de una semana de corte de ruta y todo Añelo no alcanza para albergar a todos los camiones ¿Cuánto dinero se mueve en estas moles? Incalculable, pero cualquiera puede ver que es muchísimo y ¿tan poco queda en la provincia, que el gobierno no tiene dinero para sus trabajadores?
Añelo está prácticamente en silencio, los camiones son testigos mudos de almuerzos sobre la ruta, elaborados con lo que los camioneros pudieron encontrar en los almacenes cercanos. O con la vianda que traen desde las comunidades mapuches cercanas, que están apoyando el corte de salud.
Donde termina Añelo comienza el contrapiquete, desde allí solamente hay camiones y camiones apostados sobre las dos vías de la ruta 7. Y ya no se puede avanzar hasta San Patricio de El Chañar. Intentaron bloquear la asistencia hacia el piquete sobre ruta 17 pero sin resultados.
Por ahora sigue la espera.