La última parte de la jornada fue el turno de declarar de uno de los peritos que hizo la reconstrucción de la escena del crimen.
Relató que de esos peritajes, se pudo establecer que la persona que efectuó el disparo estuvo en un paredón a 2,5 metros de altura y a 68 metros de distancia de la víctima. Además explicó que se secuestró un arma. Era una escopeta con culata de madera que estaba apoyada sobre un colchón en el patio de la casa lindera a la de la familia Espinoza, que vive en Buta Ranquil y Zapala.
Ayer finalizó la segunda jornada del juicio por jurados que se lleva adelante por la muerte del sargento Gabriel Nahuelcar. Hay que recordar que por el hecho están acusados: Elio Díaz, sindicado como el presunto autor del disparo, Walter Díaz, Miguel Ángel Díaz, José Culliqueo, José Luis Espinoza y Elías Campos.
El forense también respondió sobre el examen que le practicó a uno de los imputados, José Luis Espinoza tras ser detenido por este homicidio. “El examen lo hice en la guardia del hospital”, indicó y esa lesión “es compatible con un proyectil, es contuso penetrante”. Indicó que Espinoza ingresó el 3 de enero y que luego de ser estabilizado fue derivado a Neuquén. A pesar de tener entre 15 y 20 días de recuperación, le dieron el alta médica dos días después. “El alta se le dio a los pocos días, el 5 de enero”, relató. Se creía entonces que Espinoza fue el autor del disparo, pero luego se supo que no era así.
La jornada de ayer martes, en el juicio por jurado popular que se sigue por el homicidio del sargento postmortem Luis Gabriel Nahuelcar Varela, en Cutral Co comenzó con los testimonios de efectivos policiales que estuvieron en el lugar del hecho y de dos vecinas de la barrio Peñi Trapún. Además, del médico forense que realizó la autopsia del policía.
En esta etapa, siguieron los testimonios de los testigos ofrecidos por la fiscalía a cargo de Agustín García.
El jurado popular escuchó, en primer término el testimonio de un efectivo que llegó al lugar del hecho. Entre otros detalles, el uniformado dijo que observó a un joven sentado en un paredón de la casa de Espinoza, y que vio “una culata de madera”, por lo que presume que es un arma larga. “Tenía una remera blanca y un pantalón arremangado”, dijo.
Cuando observó que sus compañeros se agruparon en torno a alguien se acercó a ver y “ahí estaba tirado en el piso”, Gabriel Nahuelcar, por lo que entre todos lo levantaron para subirlo al móvil y trasladarlo hasta el hospital.
Dos vecinas del sector, también relataron lo ocurrido esa mañana. Refirieron los disturbios y que uno de los jóvenes que andaba “en cuero y con pantalón” e intentó ingresar a su casa, lo que fue impedido por una de las integrantes de la familia.
Hay que recordar que como parte de la querella están Nahuel Urra; el defensor particular de dos de los imputados es el abogado Gustavo Palmieri. Mientras que la defensa pública la integran Diego Simonelli y Vannesa Macedo Font.
Este martes, también declaró el médico forense Jorge Daroni, que hizo la autopsia del policía. En su informe y las respuestas que ofreció ante el jurado popular, el médico relató que Nahuelcar tuvo “una muerte cerebral” en el mismo momento en que recibió el disparo que le perforó el casco y le ingresó por la nuca. “En una muerte cerebral cesas todas las acciones voluntarias de la persona, y eso ocurrió ni bien entró el proyectil”, aclaró. Recordó que como el policía era donante de órganos, se mantuvieron los órganos en condiciones para garantizar la ablación.
Mañana, a las 9 se reanudará la actividad judicial.