Tras la caída del cielorraso del pasado viernes se puso en marcha un rápido operativo de reparación en la zona dañada; y un refuerzo para el resto del edificio. Desde la dirección afirman que podrían retomar las clases en la próxima semana si se garantizan las condiciones de seguridad.
Bastó un remolino, una fuerte ráfaga de viento que ingresó al edificio para derribar un techo que fue reparado a nuevo entre 2016 y 2017. Afortunadamente el alumnado, personal docente y directivos se encontraban fuera por el recreo y la historia no terminó en tragedia.
Las zonas más afectadas fueron el aula 10 y las oficinas de dirección. Rápidamente se ordenó el desalojo de la escuela y se advirtió a las autoridades y también al gremio ATEN, que impulsó el reclamo ante Provincia por seguridad en las escuelas.
Sonia Huenchuman, directora de la primaria Nº 119, contó que “hubo acciones rápidas para reparar lo que se dañó por el remolino. Todo el fin de semana trabajó la gente de Obras Públicas” y ya concluyó la reparación del aula y la oficina donde el techo se desplomó.
En ese sentido, Huenchuman explicó que durante esta semana se hará un refuerzo en todo el edificio, para aferrar el cielorraso suspendido con la estructura del techo.
En medio, se realizan inspecciones de parte del personal técnico para garantizar las condiciones de seguridad e higiene. La directora remarcó que aguardarán hasta finalizar todos los trabajos antes de reabrir la escuela.
“Esta semana no tendremos clases, en la semana próxima veremos. La decisión es que estén suspendidas hasta que estén dadas las condiciones de volver”, concluyó Huenchuman.