Tras el desesperado pedido de ayuda para conseguir una cama, la solidaridad de los vecinos de la comarca dio respuestas y Nataly consiguió ayuda.
“Ya me regalaron una cama. Muchas gracias a toda la gente que me llamó y me preguntó”, contó emocionada.
La joven madre vive junto a sus dos hijos varones; y en el último tiempo los tres debían compartir una cama de una plaza, ya que era lo único que tenían y su sueldo no le permitía conseguir otro colchón.
Desesperada, ofreció su teléfono como parte de pago para quién pudiera venderle una cama más grande; pero no fue necesario el pago ya que hubo quienes se lo ofrecieron sin pedrile nada a cambio.
En diálogo con este medio, Nataly reiteró el agradecimiento a todas las personas que se preocuparon por ella y sus hijos.